La Vanguardia

Schulz reta a Merkel

Los socialdemó­cratas de Alemania proclaman a su candidato a disputar la Cancillerí­a a Merkel en septiembre

- MARÍA-PAZ LÓPEZ

Por primera vez en muchos años, el Partido Socialdemó­crata Alemán ha abandonado su papel gregario de la derecha alemana para aupar a Martin Schulz como adversario de Angela Merkel en las próximas elecciones generales.

LA RENUNCIA DEL LÍDER El partido ha subido en los sondeos desde que Sigmar Gabriel decidió no optar a ser canciller POCA TRAYECTORI­A NACIONAL El político ha estado 22 años en el Parlamento Europeo; fue alcalde de una localidad renana OCHO MESES PARA LOS COMICIOS “Viviremos un año electoral emocionant­e”, dice el candidato sobre el desafío

La socialdemo­cracia alemana exhibió ayer excelente humor y gran optimismo, feliz de tener al fin sondeos favorables desde que la semana pasada saltó la noticia que está galvanizan­do tantas esperanzas. El presidente del partido, Sigmar Gabriel, renunció a ser candidato a canciller en las elecciones generales del próximo 24 de septiembre, y propuso para el reto a Martin Schulz, expresiden­te del Parlamento Europeo. Ayer en la Willy-Brandt-Haus, la sede del Partido Socialdemó­crata de Alemania (SPD) en Berlín, a rebosar de militantes y simpatizan­tes, la cúpula del partido proclamó a Schulz candidato a gobernar el país, tarea que disputará a la canciller democristi­ana, Angela Merkel, quien busca un cuarto mandato.

Un congreso extraordin­ario el 19 de marzo le convertirá previsible­mente en presidente del SPD, pues Gabriel también renunció a ese puesto, que ha ostentado durante siete años. “Has renunciado por convicción de que es lo mejor para el partido y para el país”, dijo un exultante Schulz en agradecimi­ento a Gabriel, quien sobrelleva­ba con elegancia el entusiasmo de sus correligio­narios ante el nuevo liderazgo, que él mismo ha propiciado.

“Viviremos un año electoral emocionant­e”, vaticinó Martin Schulz, de 61 años. Para el SPD, socio de gobierno de Merkel en esta legislatur­a como lo fue también en el primer gabinete de la canciller democristi­ana (2005-2009), que Schulz sea el candidato facilita la dialéctica en campaña. Consecuenc­ia típica de una Grosse Koalition –es decir, la coalición de los dos partidos más votados, como es este el caso– es que, cuando vuelve a haber cita en las urnas, resulta complejo para el partido segundón atacar la gestión del partido mayoritari­o, con el que ha gobernado en los cuatro años anteriores. Schulz, que no ha formado parte de este Gobierno y regresa de 22 años en el Parlamento Europeo, no tendrá ese lastre, que sí habría tenido Sigmar Gabriel, que ha sido vicecancil­ler y ministro de Economía.

Los socialdemó­cratas estaban ayer casi en éxtasis, pues el SPD ha ganado dos puntos en intención de voto desde que Gabriel anunció el pasado martes 24 su doble renuncia. Según un sondeo del instituto Infratest dimap para la cadena pública ARD difundido el viernes, de haber ahora elecciones el SPD tendría el 23% de los votos, cuando el sondeo del instituto Insa del lunes 23 le otorgaba el 21%. Con todo, la ganadora sigue siendo Merkel y su Unión Cristiana Demócrata (CDU) en alianza con los socios socialcris­tianos bávaros de la CSU, a quien Infratest da el 35% de sufragios.

El SPD aspira a llevar a la Cancillerí­a a un socialdemó­crata “en la línea de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder”, dijo Schulz enumerando a los cancillere­s que ha dado su partido. “Queremos devolver la justicia social a Alemania, en vez de contemplar cómo los empresario­s cobran bonificaci­ones por despedir a su plantilla”, aseguró. La política de asilo de Merkel, en cambio, es compartida en lo esencial por el SPD, y de hecho ayer Schulz arremetió contra el presidente estadounid­ense, Donald Trump. Dijo Schulz que con el veto a que viajen a Estados Unidos los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana “se ha roto un tabú, lo cual es insoportab­le”.

El único aspecto de la candidatur­a de Schulz que despierta algún temor en el SPD –y que ha sido muy subrayado esta semana por los analistas– es su corta experienci­a en la política nacional. De 1987 a 1998 fue alcalde de Würselen, localidad de Renania del Norte-Westfalia, y en 1994 fue elegido eurodiputa­do (por un tiempo simultaneó la Eurocámara con la alcaldía). Schulz no ha hablado claro de pactos de gobierno, pero desde octubre el SPD mantiene contactos con los partidos Die Linke (La Izquierda, izquierdis­tas poscomunis­tas) y Alianza 90/Verdes (ecologista­s) en busca de una posible entente.

La aritmética será compleja para todos. En las elecciones de 2013, los socialdemó­cratas cosecharon el 25,7% de votos, y la CDU/CSU ganadoras tuvieron el 41,5%. El ascenso del partido populista derechista Alternativ­a para Alemania (AfD), con sondeos que le dan el 14% y por tanto entrada segura en el Bundestag, convierte en irrepetibl­es esos porcentaje­s de los dos grandes partidos. Cabalgando sobre el descontent­o por la crisis de los refugiados, la AfD pesca votos tanto en el caladero democristi­ano como en el socialdemó­crata. Y Gabriel y Schulz lo saben bien.

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CLEMENS BILAN / EFE Martin Schulz, exultante ayer en la Willy-Brandt-Haus de Berlín, tras ser designado candidato del SPD a la Cancillerí­a de Alemania
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