El tribunal que juzgue a Homs lo formarán siete magistrados
La vista tendrá lugar en el TS a finales de febrero o principios de marzo
Cualquier juicio que se celebre en el Tribunal Supremo (TS) es singular. Pero el que va a tener lugar contra el exconseller de Presidència de la Generalitat, Francesc Homs, lo será especialmente. En el Alto Tribunal hay una clara percepción de que se trata de un asunto que va a tener gran repercusión social y mediática, y ya han empezado a prepararse los pormenores de la vista. De entrada, el tribunal que juzgue a Homs va a estar compuesto por siete magistrados, y no por cinco, que es el número de jueces que intervienen en los recursos de casación.
En este caso no se trata de un supuesto de este tipo, puesto que no se recurre una resolución anterior, sino que se va a celebrar el juicio propiamente dicho. Y el Supremo le va a dar la mayor solemnidad. En rigor, no se trata de un privilegio. En cierto modo, es lo contrario. En el caso de los aforados, el estatus jurídico especial del que gozan es un arma de doble filo.
En los juicios que van a tener lugar en relación con la consulta del 9-N, esa circunstancia va a quedar muy de manifiesto. Baste decir que el expresident de la Generalitat, Artur Mas; la exvicepresidenta, Joana Ortega, y la exconsellera Irene Rigau van a tener la oportunidad de presentar recurso de casación ante el Supremo si son condenados. En cambio, Homs carecerá de esa posibilidad. ¿Por qué? Porque es precisamente el Supremo la instancia que, sin otro pronunciamiento judicial previo, va juzgarle.
De ahí que el fuero de los diputados sea por un lado un sistema que les otorga especial protección –ya que hace falta que el Supremo pida el suplicatorio a las Cortes y obtenga una respuesta favorable–, pero que al mismo tiempo sea también un camino que teóricamente reduce las garantías, porque no hay una segunda instancia penal que revise el fallo de la primera. La designación de un tribunal compuesto por siete magistrados no es en sentido estricto un mecanismo compensatorio, pero no cabe duda de que también tiene esa dimensión garantista.
El TS ha ido rápido en el proceso contra Homs. El juez encargado del caso, Andrés Palomo, dictó el auto de apertura del juicio oral el pasado 29 de diciembre y esta semana termina el plazo para que la defensa presente sus conclusiones. Inmediatamente después, la Sala Penal fijará la fecha para la celebración del juicio oral. Hay cinco nombres de magistrados que, con seguridad, formarán parte del tribunal que juzgará al hoy portavoz del PDECat en el Congreso. Cuatro de estos jueces son Manuel Marchena, presidente de dicha Sala –que es la máxima instancia penal del país–, Francisco Monterde, Juan Ramón Berdugo y Ana Ferrer. Hubiera formado asimismo parte del tribunal José Manuel Maza, recientemente nombrado fiscal general del Estado. Pero precisamente por su nuevo cargo, ha tenido que ser sustituido y su puesto lo ocupará Andrés Martínez Arrieta. Está pendiente, por tanto, la designación de otros dos magistrados por parte de la Sala Penal. Los nombres de estos dos jueces se conocerán en breve, puede que antes de que se fije la fecha para la celebración del juicio oral. Por otra parte, el ponente de la sentencia será, en principio, el presidente de la propia Sala Penal.
En medios del Supremo se da por hecho que no habrá la menor dilación en cuanto a la celebración de la vista. A este respecto, no hay coordinación entre el TS y el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJM), que celebrará el juicio contra Mas, Ortega y Rigau a partir del próximo día 6 de febrero. Pero es evidente que el Supremo no ha querido quedarse atrás. Cuando la exposición razonada contra Homs llegó al Alto Tribunal las diligencias sobre el proceso penal abierto en relación con la consulta del 9-N estaban prácticamente terminadas. El Supremo, básicamente, tomó declaración a Homs. Lo siguiente fue la conversión de las diligencias en un procedimiento abreviado, y el informe del fiscal. La Fiscalía ha pedido para Homs 9 años de inhabilitación como supuesto autor de los delitos de desobediencia y prevaricación. Ésas son las acusaciones por las que el Supremo le juzgará con siete magistrados.