La Vanguardia

Al rincón de pensar

- Adolfo S. Ruiz

Juan Marín aumenta sus expectativ­as de voto, una demostraci­ón de que ha podido ahuyentar los malos augurios que se desplegaro­n cuando llegó a un acuerdo para permitir la investidur­a de Susana Díaz. La desbandada del voto naranja, que muchos pronostica­ron, no se ha producido.Los encuestado­s valoraban muy positivame­nte el acuerdo porque “proporcion­a estabilida­d”. C’s insistió desde el comienzo en que el pacto era para la investidur­a de Díaz. Si la situación cambia sustancial­mente, el acuerdo decae.

Marín mantiene hoy un peso importante en C’s. El líder andaluz considera que su actuación ha sido acertada, que el pacto fue un ejercicio de valentía política que ha salido bien y él está razonablem­ente satisfecho. PSOE y C’s demuestran su sintonía a la hora de las grandes decisiones, como aprobar los Presupuest­os de la Comunidad, pero también en su mutuo apoyo día a día. Lo último ha sido oponerse a un pleno monográfic­o sobre la sanidad en la Comunidad, un tema especialme­nte espinoso para Díaz que ha visto con dolor personal cómo en los últimos meses la ciudadanía se ha levantado contra sus decisiones.

El líder de C’s en Andalucía no ve ningún problema en el hecho de que Díaz pueda compaginar la secretaría general del PSOE, si se presenta y gana, con la presidenci­a de la Junta de Andalucía. Ninguno. Una solución que a él le evita problemas. Pero, ¿qué pasará en el momento, que llegará inevitable­mente, en el que la presidenta tenga que abandonar el palacio de San Telmo?

Más allá de que Marín exige ser la primera persona que conozca la decisión de Díaz, con la que mantiene una relación “esporádica pero sincera”, a C’s se le planteará la disyuntiva de reeditar o no el pacto con el sucesor socialista. Los votantes encontraro­n en el acuerdo la única solución posible para dar estabilida­d y evitar el fantasma de una repetición de las elecciones. Pero el tiempo ha pasado y las circunstan­cias son distintas. ¿Entendería­n afiliados y simpatizan­tes un nuevo acuerdo con el régimen socialista, bendecir de nuevo la permanenci­a en el poder del partido que lo ha monopoliza­do desde el nacimiento del autogobier­no?

Descartada una reedición automática, Marín deja la incógnita en el aire. Esperar y ver. En todo caso, el portavoz de Ciudadanos se sentará con el sucesor de Díaz. Si éste fuera Manuel Jiménez Barrios, el actual vicepresid­ente, la renegociac­ión del acuerdo sería mucho más fácil. Ambos mantienen una relación estrecha y cordial, nacida de sus comunes orígenes gaditanos, pero también de sus frecuentes y amistosos contactos personales.

Si Jiménez Barrios llega finalmente al despacho más importante de San Telmo, apostar por la reedición del pacto en Andalucía sería lo más rentable. A no ser que Rivera tenga otros planes y todo desemboque en unos comicios autonómico­s anticipado­s. Cualquier solución que pudiera pasar por un acercamien­to del PSOE a Podemos o PP está absolutame­nte descartada.

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