Al rincón de pensar
Juan Marín aumenta sus expectativas de voto, una demostración de que ha podido ahuyentar los malos augurios que se desplegaron cuando llegó a un acuerdo para permitir la investidura de Susana Díaz. La desbandada del voto naranja, que muchos pronosticaron, no se ha producido.Los encuestados valoraban muy positivamente el acuerdo porque “proporciona estabilidad”. C’s insistió desde el comienzo en que el pacto era para la investidura de Díaz. Si la situación cambia sustancialmente, el acuerdo decae.
Marín mantiene hoy un peso importante en C’s. El líder andaluz considera que su actuación ha sido acertada, que el pacto fue un ejercicio de valentía política que ha salido bien y él está razonablemente satisfecho. PSOE y C’s demuestran su sintonía a la hora de las grandes decisiones, como aprobar los Presupuestos de la Comunidad, pero también en su mutuo apoyo día a día. Lo último ha sido oponerse a un pleno monográfico sobre la sanidad en la Comunidad, un tema especialmente espinoso para Díaz que ha visto con dolor personal cómo en los últimos meses la ciudadanía se ha levantado contra sus decisiones.
El líder de C’s en Andalucía no ve ningún problema en el hecho de que Díaz pueda compaginar la secretaría general del PSOE, si se presenta y gana, con la presidencia de la Junta de Andalucía. Ninguno. Una solución que a él le evita problemas. Pero, ¿qué pasará en el momento, que llegará inevitablemente, en el que la presidenta tenga que abandonar el palacio de San Telmo?
Más allá de que Marín exige ser la primera persona que conozca la decisión de Díaz, con la que mantiene una relación “esporádica pero sincera”, a C’s se le planteará la disyuntiva de reeditar o no el pacto con el sucesor socialista. Los votantes encontraron en el acuerdo la única solución posible para dar estabilidad y evitar el fantasma de una repetición de las elecciones. Pero el tiempo ha pasado y las circunstancias son distintas. ¿Entenderían afiliados y simpatizantes un nuevo acuerdo con el régimen socialista, bendecir de nuevo la permanencia en el poder del partido que lo ha monopolizado desde el nacimiento del autogobierno?
Descartada una reedición automática, Marín deja la incógnita en el aire. Esperar y ver. En todo caso, el portavoz de Ciudadanos se sentará con el sucesor de Díaz. Si éste fuera Manuel Jiménez Barrios, el actual vicepresidente, la renegociación del acuerdo sería mucho más fácil. Ambos mantienen una relación estrecha y cordial, nacida de sus comunes orígenes gaditanos, pero también de sus frecuentes y amistosos contactos personales.
Si Jiménez Barrios llega finalmente al despacho más importante de San Telmo, apostar por la reedición del pacto en Andalucía sería lo más rentable. A no ser que Rivera tenga otros planes y todo desemboque en unos comicios autonómicos anticipados. Cualquier solución que pudiera pasar por un acercamiento del PSOE a Podemos o PP está absolutamente descartada.