Universidad disruptiva
La cualificación de disruptivo no es fácil de plasmar en muchos campos de actividad pues tiene un significado de ruptura o interrupción brusca de algo. A veces se usa de forma menos contundente, como aquello capaz de generar un cambio determinante en un sistema, proceso o actividad. ¿Fue el proceso de Bolonia disruptivo para los estudios europeos? Bolonia fue sin duda un cambio pero no disruptivo, pues los estudios resultantes mantuvieron sus atributos fundamentales: objetivos, contenidos y orientaciones profesionales, o incluso las pautas de comportamiento de los actores implicados o agentes interesados (tentación lampedusiana en los momentos disruptivos, cambiarlo todo para que nada cambie).
Para plantear cambios disruptivos deberían, al menos en los estudios de ingeniería, contemplarse como mínimo tres ámbitos de actuación: a) las competencias (conocimientos, capacidades y habilidades) que se pretende alcancen los titulados, b) los conocimientos y saberes usados en los procesos formativos y la secuencia con que se imparten, y c) la organización de los estudios prestando especial atención al equilibrio entre fragmentación e integración del conocimiento para ahondar en la complejidad de cada parte y en la individualidad del todo (teoría de la complejidad, Descartes contra Pascal).
El primero demandaría una formación en competencias real, donde las capacidades de las personas sean el fin y no una consecuencia que pueda ocurrir o no para todos los estudiantes. En el segundo, las denominadas ciencias de lo artificial (la computación, la ciencia de los datos, la tecnología, la inteligencia artificial, la realidad virtual o internet de las cosas) tendrían que tener un papel importante, tanto en la formación básica como aplicada. Finalmente, habría que reducir drásticamente el número de asignaturas concentrando los saberes más relevantes en unas pocas de largo recorrido y duración, para establecer sus principales atributos.
Todo ello será imprescindible para compatibilizar una realidad económica, social y profesional en cambio constante, donde la tecnología y sus aplicaciones tienen un papel decisivo, con unos currículos académicos flexibles que garanticen una visión del todo manteniendo el atractivo de las partes.