“Mi madre se enfrentaba a todas las injusticias”
Mi mami era una luchadora social: anticapitalista, antipatriarcal y antirracista”, rememora a este diario Laura Zuñiga, una de las hijas de Berta Cáceres, la líder indígena, galardonada en el 2015 con el premio ambiental Goldman por su defensa de los movimientos campesinos, y que fue asesinada por un sicario el pasado mes de marzo en su casa de La Esperanza (Honduras). Laura Zuñiga explica que le gusta recordar a sus madre no solo por su vinculación con la causa ambientalista, sino como alguien que se alzaba ante “cualquier injusticia”. “Era lo más lindo de ella”, remarca Zuñiga. “Tenía mucha fuerza y era muy valiente. Amorosa desde la fuerza. Y siempre la recordamos así”, concluye.
La familia de Cáceres relaciona el homicidio con su participación en movimientos sociales, y en concreto con su implicación con las protestas en contra de la construcción de una presa hidroeléctrica en el Gualcarque, un río sagrado para el pueblo lenca, al que pertenecía Cáceres. El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) es la organización que apoya estas protestas. Estuvo liderada por Berta Cáceres y ha venido defendiendo su territorio frente las amenazas de los proyectos hidroeléctricos, que, según Copinh, ocasionan desplazamientos de personas e impiden a la comunidad desarrollar sus actividades agrícolas.
La compañía adjudicataria de las obras en el río Gualcarque, la hondureña Desa ha mantenido desde hace años una fuerte presión sobre Copinh. Cáceres recibió 33 amenazas de muerte antes de ser asesinada. Además, otros dos miembros de su organización han muerto en el 2016 mientras que el actual líder, Tomás Gómez, también está siendo amenazado tras haber sobrevivido a un tiroteo. Al valorar la detención de seis personas por el asesinato, su hija teme que se trate tan sólo de los “asesinos materiales” y que “autores intelectuales”, los que ordenaron matarla continúen impunes.
“No sólo hay que perseguir a quien dispara, sino a quien lo ordena o lo planea porque estas personas siguen libres y pueden tener en mente a otras víctimas. Hacer justicia es que las cosas no se repitan”, insiste Zuñiga. /
“No sólo hay que perseguir a quien dispara, sino a quien lo ordena”