Nuevo colapso en la C-16 en el retorno del fin de semana

El gran volumen de vehículos por la afluencia de miles de personas a las diferentes estaciones de esquí del Pirineo, para disfrutar de la nieve caída los últimos días, complicó ayer el tráfico en el regreso al área de Barcelona. La C-16 volvió a colapsarse, aunque ayer, a diferencia del viernes, la calzada estaba limpia de nieve.

Si los esquiadores de estaciones como La Molina y Masella preveían evitar el atasco y salieron pronto, no lo lograron del todo. Las retenciones empezaron ya poco después de las 16 horas, entre Guardiola y Berga durante un tramo de hasta 23 kilómetros (aunque el atasco no era continuo), además de medio kilómetro de retención en el acceso norte al túnel del Cadí, según informó el Servei Català del Trànsit.

La situación empeoró durante la tarde y, cuatro horas después, había unos dos kilómetros de retención en Urús, antes de llegar al peaje, y llegaron a ser hasta 27 los kilómetros de atasco entre la boca sur del túnel y Berga, pese a que Trànsit había dispuesto medidas preventivas (la eliminación de un carril lento).

También se produjeron retenciones de unos ocho kilómetros entre Andorra y La Seu (N-145), así como en Organyà y Ponts, por los esquiadores procedentes de Andorra y del Pirineo leridano. Asimismo, hubo colas en la N-260, entre Planoles y Ribes de Freser y en Campdevànol.

Al mediodía ya se habían registrado algunos atascos en carreteras locales por la afluencia de personas que querían acercarse a la nieve en las antiguas pistas de Rasos de Peguera y en el Montseny, donde los Mossos tuvieron que restringir el tráfico.

El viernes se formaron colas de casi 40 kilómetros en la C-16 entre Gironella y la boca sur del túnel del Cadí, por la nieve (en un tramo había que usar cadenas). El alcalde de Puigcerdà y hoteleros de la zona se quejaron de los perjuicios y se criticó que la concesionaria del túnel no levantara las barreras del peaje en caso de atasco.