La Vanguardia

Magno concierto de Gergiev

- ROGER ALIER

Tristán e Isolda Intérprete­s: Orquesta Sinfónica del Mariinski; George Li, piano; Mikhail Vekua, tenor; Eva-Maria Westbroek, soprano Dirección: Valery Gergiev Lugar y fecha: El Auditorio (27/ I/2017)

Dentro del ciclo IberCàmera ha brillado con especial intensidad el concierto grandioso organizado en torno a la Orquesta Sinfónica del Mariinski de San Petersburg­o, la formación que conduce con mano firme el prestigios­o Valery Gergiev. La sesión la han integrado un conjunto de obras que giraban más o menos en torno de Wagner, si tenemos en cuenta que Liszt, que figuraba en el programa, fue amigo de Wagner y el que estrenó su ópera Lohengrin (1850) cuando el compositor había tenido que huir de Alemania por sus implicacio­nes revolucion­arias. Y precisamen­te con la obertura de Lohengrin empezó el concierto, con una exhibición de calidad sonora evidenciad­a por la instrument­ación elaborada de la obra. Un poco rápida, quizás, para nuestro gusto, pero magnífica introducci­ón a la sesión. El simpático y breve primer concierto de piano de Liszt encontró a un intérprete de notable calidad en el premiadísi­mo y becadísimo pianista George Li, que correspond­ió a los fuertes aplausos recibidos por su actuación de tecla suave con un pequeño bis o propina. En la segunda parte vinieron las muertes: la de Salomé, ilustrada por el mágico Richard Strauss (que en esta obra llega a la máxima densidad instrument­al de su carrera, más de un centenar de instrument­os sobre el escenario). La soprano holandesa Eva Maria Westbroek, que hace poco inauguró el concurso Viñas, prestó su columna sonora de voz a la escena de esta muerte y después tocó otra, bastante diferente: la de Isolda, en el tercer acto de la ópera Tristán e Isolda. Si la primera muerte gustó bastante, la de Isolda suscitó un verdadero entusiasmo del público, que saboreó el extenso concierto con verdadera emoción.

La muerte de Isolda figuraba como final del tercer acto entero de la ópera, de manera que también oímos morir al compacto tenor La muerte de Isolda suscitó verdadero entusiasmo en el público, que saboreó el concierto con emoción Mikhail Vekua, que lució una voz de Tristán homogénea y de timbre agradable. Mencionamo­s la notable pero breve intervenci­ón de la mezzo Yulia Matochkina como Brangäne, y el eficaz bajo Yuri Vorobiev como rey Marke. Un gran concierto de magnífico recuerdo.

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AUDITORI DE CATALUNYA Valery Gergiev durante su actuación en Barcelona

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