La Vanguardia

El Madrid abre hueco otra vez

Los blancos superan en un partido muy trabado a la Real Sociedad y vuelven a distanciar­se de sus perseguido­res

- CARLOS NOVO Madrid

El Madrid vuelve a abrir hueco en la clasificac­ión gracias a su victoria sobre la Real Sociedad y los pinchazos de todos sus perseguido­res en una jornada muy favorable para sus intereses. El Bernabeu fue condescend­iente con los suyos. Consciente de la importanci­a de la victoria, perdonó la eliminació­n copera y no silbó demasiado, salvo cuando en los prolegómen­os se anunciaron por los altavoces los nombres de Danilo y Benzema. Pero la bronca duró poco y Danilo trocó enseguida con su entrega los pitidos por aplausos.

El Madrid ganó y eso contentó a la parroquia, que no estaba para debates sobre el estilo. Nadie le pedía ayer que jugara como los ángeles. Un traspié hubiera sido dar una seña de debilidad muy grande. El partido resultó muy táctico y trabado, con los dos equipos ejerciendo una presión hasta el centro del campo.

Zidane no se complicó con la alineación. Volvió a confiar en Danilo y apostó por el trío atacante esperado: Lucas, Cristiano escorado a la izquierda y Benzema. Ante una Real que en cuanto podía atacaba con muchos efectivos el Madrid fue paciente. Movió bien el balón, pero acusó la acostumbra­da falta de velocidad para asaltar defensas muy cerradas.

La primera parte transcurri­ó sin apenas sobresalto­s en las áreas. La Real amenazó con remates lejanos que no inquietaro­n a Keylor y el Madrid no terminó de cerrar sus combinacio­nes. Unas veces faltaba precisión en el último pase; otras veces, la jugada moría por la falta de velocidad de Cristiano o porque Benzema caía muy a menudo en fuera de juego.

Cuando la primera parte llevaba camino de acabar sin goles, cuando la lluvia se hacía cada más presente y entorpecía el juego, el Madrid marcó por una vía inédita. Cristiano, en labores de media punta, asistió muy bien a Kovacic, que entró en el área como un cohete y que sin llevar muy bien controlado el balón se las apañó para superar la salida de Rulli, un tanto alocada. El gol era el primero de Kovacic en todo el curso. No es el croata un jugador precisamen­te muy fino en la definición, aunque fue el de más chispa en el centro del campo.

El gol le sentó fatal a la Real, que aún pudo encajar otro antes del descanso en otro gran pase de un solidario Cristiano al que Benzema no llegó por muy poco.

La segunda parte comenzó sin cambio de jugadores, pero la Real demostró con su posicionam­iento que no daba el partido por perdido. No es el grupo de Eusebio Sacristán de los que se viene abajo al primer inconvenie­nte. Tres exmadridis­tas estaban en sus filas: Canales, Willian José e Illarramen­di, más un cuarto, Esteban Granero, en el banquillo.

Sin embargo, el empuje de la Real dio dividendos para el Madrid muy pronto. En los primeros cinco minutos la Real metió al Madrid en su área pero a la primera ocasión que el equipo blanco cruzó el centro del campo la acción resultó letal para un rival mal colocado. Kovacic metió un pase profundo a Cristiano. El portugués encaró a Rulli y le batió de una suave vaselina, una maniobra hasta hace muy poco habitual y ahora casi sorprenden­te por su efectivida­d y sangre fría. Celebró el gol con rabia, con gestos de euforia hacia el palco donde ve los partidos su familia.

Tras el nuevo castigo, Eusebio refrescó a su equipo de inmediato. Realizó un doble cambio: el veterano Xabi Prieto por Oyárzabal y Vela por Willian José.

La dinámica se intensific­ó. El dominio del balón por parte de la Real se hizo abrumador ante un Madrid replegado con descaro en busca de la contra. A los veinte minutos Zidane movió por vez primera el banquillo. Retiró a Karim Benzema, despedido con más aplausos que pitos, por Álvaro Morata, quien la primera vez que se hizo con el balón organizó un contragolp­e de manual que casi acaba en gol.

El partido se hizo si cabe más arisco en el último tramo. Apareciero­n las brusquedad­es y el árbitro, Melero López, perdonó la segunda

PRIMER GOL DE KOVACIC El croata, a pase de Cristiano, marcó el tanto que abrió el partido, su primero en la Liga

SILBIDOS Y APLAUSOS El Bernabeu empezó pitando a Danilo y Benzema, pero enseguida aplaudió a los dos

amarilla a Iñigo Martínez, por una entrada a Kovacic, lo que evitó su expulsión y calentó al Bernabeu. La segunda amarilla llegaría minutos después por una nueva entrada del central vasco, en esta ocasión a Casemiro.

Ya con uno menos, la Real entregó la cuchara. El tercero caería en una contra y cabezazo final de Morata. El Madrid parece que ha dejado atrás la nube negra.

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GERARD JULIEN / AFP El delantero portugués Cristiano Ronaldo marcó con este remate el segundo gol de la noche en el Bernabeu

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