Una historia de éxito en el 22@
La firma creada por Bou y Martos se integra en Take-Two, cotizada en el Nasdaq
Los jóvenes fundadores de la empresa barcelonesa de videojuegos Social Point, Andrés Bou, Marc Canaleta y Horacio Martos, celebraban ayer su venta a la multinacional Take-Two por 250 millones de dólares.
Social Point, empresa de juegos creada en Barcelona en el 2008 por Andrés Bou y Horacio Martos, ha sido adquirida por 250 millones de dólares por la compañía Take-Two Interactive Software, con sede en Nueva York y cotizada en el Nasdaq, especializada en juegos de PC y consolas y conocida por su juego
Grand theft auto (GTA). Social Point es una de las mayores historias de éxito del ecosistema emprendedor digital de Barcelona. Bou y Martos la fundaron en Barcelona Activa cuando tenían 23 años, recién acabada la carrera y un máster de emprendimiento en Francia. Junto con Marc Canaleta, socio técnico, empezaron con un juego basado en marcas y después viraron hacia los juegos de estrategia y el modelo freemium (la mayoría juega gratis, unos pocos pagan). Crearon Social Empire, Social Wars. Se convirtieron en top 3 mundial en juegos de Facebook. Reaccionaron con el mercado y en el 2015 volvieron a enfocarse, esta vez hacia el móvil: en el 2016 el 90% de sus ingresos se generó en plataformas móviles, aseguró ayer la empresa en su comunicado. Esta es precisamente la diversificación que ha valorado Take-Two: por un lado, diversificación de plataformas, porque entra de lleno en el mercado de los juegos en el móvil, y también de modelo de ingresos, al acceder a un mercado básicamente de juegos freemium. Social Point también ha demostrado su capacidad para realizar consecutivos juegos de éxito en el mercado.
Take-Two subía ayer en bolsa un 1% y alcanzaba una capitalización de 4.700 millones de dólares; por su tamaño mediano había sido objetivo habitual de rumores de ser adquirida. Para tener una referencia, a finales del 2015 Activision Blizzard adquirió King Digital Entertainment por 5.900 millones de dólares.
Desde su creación, Social Point ha realizado tres rondas de inversión, por un total de unos 36 millones de euros. El primer inversor (y hasta ahora mayoritario) fue Nauta; después entraron Greylock, Idinvest y el BBVA, y en el 2014 Highland Capital aportó 22 millones.
Take-Two paga ahora 175 millones de dólares en cash y 1,48 millones en acciones nuevas. Take-Two comunicó ayer que los fundadores de Social Point se quedan en la compañía y se compromete a un pago adicional de hasta 25,9 millones en efectivo y acciones, vinculado a la consecución de objetivos de beneficio de explotación a los 12 y 24 meses de firmada la venta.
Social Point, que está en resultado positivo desde el 2013, alcanzó en el 2016 unos ingresos de 90,8 millones de dólares (el 98% fuera de España) y un ebitda (beneficio de explotación) de 19,9 millones. Esto supone que el comprador ha pagado un precio de 12,5 veces ebitda, que fuentes del sector valoran como óptimo y que refleja la consistencia del crecimiento de la compañía.
Take-Two aseguró ayer que los dos juegos más exitosos de Social Point, Dragon City y Monster legends, han registrado más de 180 millones de descargas en las plataformas iOs y Android, y desde el 2014 están entre los 100 juegos de móvil que más recaudan en EE.UU. Además, dijo que Social Point tiene varios juegos en cartera para lanzar en los próximos dos años, y que entre sus retos pendientes está la entrada de sus juegos en Asia.
Social Point tiene 270 empleados y ocupa varias plantas en la torre Llacuna, en las Glòries de Barcelona. Tiene empleados de más de veinte nacionalidades, aunque la mayoría son locales, y con una media de alrededor de 30 años. Con el fuerte crecimiento registrado, la empresa ha hecho gala de su política de retención de talento, e incorporó gimnasio, clases de yoga, fisioterapeuta, peluquería, seguro médico, asesor fiscal, o subvenciones para viajes y móviles.
Take-Two no dice nada de la ubicación futura de la compañía, por lo que debería seguir en Barcelona. Una venta siempre tiene la lectura de que se pierde una empresa local, pero esta es también una gran operación para Barcelona: de nuevo atrae inversión internacional y genera un nuevo caso de éxito. Con la entrada de dinero nuevo y emprendedores con más experiencia, facilita que la rueda siga girando.
La empresa obtuvo en el 2016 ingresos de 90,8 millones y un beneficio de explotación de 19,9 millones