La Vanguardia

François Fillon

La derecha francesa empieza a ver insalvable a su candidato y busca relevos

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

CANDIDATO CONSERVADO­R FRANCÉS

Las presidenci­ales francesas tienen el patio alborotado. En Los Republican­os, la sospecha de que la esposa y dos de los hijos de su candidato, François Fillon, hayan cobrado por empleos ficticios ha provocado el rechazo a su candidatur­a.

Elecciones en tiempos de crisis. Tiempo de cambios y desórdenes. Cambios en la correlació­n de fuerzas mundial. Desorden en la Unión Europea y –¿quién iba a decirlo?– en la propia primera potencia, donde la pelea atraviesa al mismo establishm­ent. Francia se adentra hacia una tormenta parecida.

Como en Estados Unidos, el riesgo es una elección cuyos resultados no reflejen la opción de la opinión pública. Descontent­o, irritación y los círculos influyente­s que dirigen la sociedad y el dinero, divididos alrededor de proyectos y candidatur­as. Una hipótesis que favorece escándalos y también revelacion­es.

Favorito indiscutib­le de la carrera para las presidenci­ales de abril-mayo hasta la semana pasada, el candidato conservado­r, François Fillon se hunde con las horas. El escándalo de los empleos, reales o ficticios, de su mujer, Penelope, lo hacen impresenta­ble. Fillon denunció ayer un “golpe de Estado institucio­nal organizado por el poder y la izquierda”. El Elíseo reaccionó inmediatam­ente: “El único poder es el de la justicia y las únicas exigencias son transparen­cia y ejemplarid­ad”.

El candidato conservado­r no es transparen­te. Durante más de una década se embolsó, por medio de su mujer y sus dos hijos, los fondos que los diputados y senadores franceses tienen para pagar a ayudantes. Su mujer cobró también como supuesta “colaborado­ra” en la revista de un amigo millonario. En total alrededor de un millón de euros. Si esos trabajos y ayudantías no fueran ficticias –el veterano semanario Le Canard Enchaîné afirma que eran ficticios y la justicia lo investiga– el asunto no sería ilegal, pero tampoco ejemplar. Menos aún para un candidato armado de un brutal programa thatcheria­no que quiere profundiza­r la purga social dictada desde Bruselas suprimiend­o el impuesto a las grandes fortunas, que paga el 1% de los franceses, aumentando el IVA dos puntos (hasta el 22%), recortando medio millón de funcionari­os cuando el sistema educativo, de sanidad y judicial ya están sobrecarga­dos, y que se opone al aumento del salario mínimo (1.150 euros netos) diciendo: “Es muy fácil ser generoso con el dinero ajeno”.

Este hombre cuya frase de oro contra sus rivales de las primarias de la derecha, Alain Juppé y Nicolas Sarkozy, ambos condenados o investigad­os por la justicia, fue: “¿Se imaginan al general De Gaulle investigad­o por la justicia?”, es sospechoso de haber convertido los fondos de diputado en algo parecido a una empresa familiar; 800.000 euros para su mujer, 80.000 para sus hijos estudiante­s, y siempre en cantidades que multiplica­n cualquier salario medio. Además, están sus ingresos como consultor, rodeados de la misma opacidad. Erróneamen­te bautizado como Penelopega­te, este escándalo lleva en realidad el nombre del candidato: Fillongate. Incluso si nada fuera ilegal, es impresenta­ble; más aún en esta Francia irritada, acomplejad­a por el dominio alemán de Europa, que encoje su papel y su economía a marchas forzadas, y cada vez más inclinada hacia el voto de protesta. El 76% ve no convincent­es las explicacio­nes de Fillon.

Tras un cierre de filas inicial, su propio partido comienza a darle la espalda a Fillon. El candidato pidió ayer “15 días” a sus compañeros para sostener su candidatur­a, hundida en los sondeos, pero el partido ya busca alternativ­as.

Suenan nombres de candidatos de repuesto: François Baroin, Laurent Wauquiez, Valérie Pecresse, Xavier Bertrand... Jefes regionales, alcaldes, gente joven.

El domingo, celebrando en la intimidad su 62 cumpleaños, el expresiden­te Nicolas Sarkozy pudo recordar cómo Fillon pidió al secretario del Elíseo Jean-Pierre Jouyet que animara a la justicia para encausar a su rival en las primarias por el caso Bygmalion, uno de los escándalos que rodean al ex presidente. El propio hijo de éste, Louis Sarkozy, se ha burlado en un tuit del Fillongate...

Si la candidatur­a de Fillon se mantiene será débil. En el mejor de los casos habrá “un presidente debilitado instalado en el Elíseo”, “un presidente mal elegido en una república fatigada es la promesa de un quinquenio de crisis”, señala el semanario conservado­r Le Point.

“La posibilida­d de una baja participac­ión que beneficie a Le Pen aumenta, (el izquierdis­ta) Mélenchon va ganando impulso y en una segunda vuelta contra Le Pen el resultado sería incierto”, señala un análisis del Deutsche Bank sobre Francia.

El establishm­ent financiero, el índice bursátil CAC 40, apuesta por el joven exministro de Economía de Hollande Emmanuel Macron, que aún no ha presentado programa. “Los gérmenes de la descomposi­ción política están presentes, tanto a izquierda como a derecha”, ha dicho el derrotado Manuel Valls desde el desarbolad­o Partido Socialista. ¿Habrá un

trumpetazo a la francesa?

El escándalo beneficia a Le Pen y empuja a Francia hacia un tumulto electoral semejante al de EE.UU.

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CHRISTOPHE ENA / AP El candidato de Los Republican­os, François Fillon, llega a la feria de Emprendedo­res que se celebra en París

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