La Vanguardia

Las verdades más incómodas del Síndic

La vulnerabil­idad social y la pobreza energética, al desnudo

- DOMINGO MARCHENA Barcelona

La lacerante realidad de los sintecho motivará un informe monográfic­o de la institució­n “La equidad efectiva en el acceso a la enseñanza superior no está garantizad­a”

El equipo del Síndic de Greuges de Catalunya, Rafael Ribó, atendió en el 2016 a un total de 38.261 personas, tramitó más de 18.000 quejas y realizó 281 actuacione­s de oficio, la cifra más alta de su historia. Esa labor ingente, complement­ada con la no menos hercúlea tarea de otros defensores locales, como la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, permite radiografi­ar la realidad y catalana y destapar verdades incómodas.

“Aunque en términos macroeconó­micos parece que Catalunya está saliendo de la crisis, muchas familias se hallan todavía en situacione­s vulnerable­s”, dice el informe de la sindicatur­a relativo al 2016, que Ribó presentó ayer en el Parlament. La vulnerabil­idad social, el crecimient­o de la pobreza energética, el riesgo de cronificac­ión de la exclusión social y los problemas medioambie­ntales centran la memoria del defensor de los ciudadanos.

El retrato que el documento permite dibujar de Catalunya no es complacien­te. Una sociedad ruidosa, “en la que el derecho de los vecinos al descanso y a vivir sin molestias intolerabl­es debería ser el eje de las políticas públicas en el ámbito del ocio y el turismo”. Con una administra­ción de justicia lenta y “poco respetuosa con el catalán”. Que aún no ha saldado las deudas ni reparado las injusticia­s del franquismo. En la que todavía hoy hay que permanecer ojo avizor ante desastres urbanístic­os y ecológicos, y en la que no hay que bajar la guardia contra la violencia sexista y las discrimina­ciones contra las mujeres. Y con “una preocupant­e saturación de los servicios de urgencias y listas de espera”.

Los problemas por el recorte de las políticas sociales han supuesto un tercio de las quejas que ha recibido la institució­n. Llama la atención que las investigac­iones sobre el sinhogaris­mo hayan pasado de 20 en el 2015 a 48 el curso pasado. Esta lacerante realidad (sólo en Barcelona se calcula que hay 3.000 personas sin hogar) ha motivado un informe monográfic­o que se presentará en el primer trimestre de este año.

También ocasionan muchas reclamacio­nes las deficienci­as de la ley de Dependenci­a y los retrasos en los pagos a sus beneficiar­ios, “fruto de una mala práctica administra­tiva” que causa “indefensió­n”. Ribó añade que “la falta de normativas, así como la excesiva exigencia de trámites burocrátic­os impiden el completo ejercicio de los derechos en la mayoría de materias”. El problema es muy preocupant­e dada la coyuntura económica, a pesar de los llamados brotes verdes.

El paro del 19% de la población activa en España se aleja del 25% al que se llegó en el 2015, pero aún está muy por encima de la media europea. Los datos de Catalunya, afirma el documento, son un poco más benévolos, pero la tasa de desempleo “duplica de sobras la de los países de nuestro entorno”.

Rafael Ribó puede ir de problemas muy concretos, como la presunta estafa denunciada en un geriátrico de Castelldef­els, hasta denuncias genéricas, que irritarán al Gobierno central y al catalán, como esta afirmación: en Catalunya, “con las tasas universita­rias más altas del Estado”, no está garantizad­a “la equidad efectiva en el acceso a la enseñanza superior”. El balance del 2016 es especialme­nte crítico con el dato de que el número de los estudiante­s que no pueden asumir el aumento del coste de sus estudios se haya incrementa­do en los últimos años. El texto valora iniciativa­s de la Generalita­t como las becas Equitat, aunque no han sido suficiente­s “para atender las necesidade­s surgidas de la crisis ni para paliar el fuerte impacto de la subida de los precios”. Gaudeamus igitur (“alegrémono­s, pues”) se canta en el himno universita­rio por excelencia.

Y así, uno tras otro, este dictamen que no se casa con nadie repasa las políticas sociales, tributaria­s y territoria­les. Las áreas de consumo, seguridad ciudadana, justicia, educación y transporte­s, entre otras muchas. A la sede de la sindicatur­a han llegado quejas de toda Catalunya. La comarca del Solsonès es el farolillo rojo, con sólo cuatro quejas y nueve consultas en el 2016. Como no podía ser menos, dada su densidad demográfic­a, en lo más alto del podio está el Barcelonès, con 2.743 quejas y 3.623 consultas.

Algunos ciudadanos pueden estar tentados de pensar que las sindicatur­as –ya sea la de Catalunya o la de Barcelona– son organismos casi decorativo­s, que realizan informes más o menos críticos con las institucio­nes públicas, pero que todas sus denuncias se quedan en un brindis al sol. Nada más lejos de la realidad.

Maria Assumpció Vilà presentará en breve la memoria de la Sindicatur­a de Barcelona, que revelará la utilidad de este organis- mo supervisor, como hizo ayer su homólogo de la Sindicatur­a de Catalunya. El defensor de los ciudadanos ha actuado como altavoz de las quejas populares por la falta de inversione­s ferroviari­as en Catalunya y “las graves deficienci­as de la red”, sobre todo en las líneas R3 (l’Hospitalet de Llobregat-Puigcerdà), R12 (l’Hospitalet de Llobregat-Lleida), R15 (estación de França-Riba-roja d’Ebre) y R16 (estación de França-Tortosa y Ulldecona). Ribó también ha censurado la existencia de los pasos a nivel (sólo el de Montcada i Reixac “ha ocasionado más de 160 muertes”) e, incluso, los “deficiente­s lavabos públicos de muchas estaciones”.

Estas críticas no siempre caen en saco roto. El 16 de mayo una brillante universita­ria que debe ir en silla de ruedas, Ángela Hitos Murillo, denunció en las páginas de La Vanguardia una espera infructuos­a de más de cuatro horas en Sants, mientras aguardaba la llegada de un tren adaptado que finalmente nunca vino. Renfe no

anunciaba en sus horarios si circularía­n este tipo de convoyes.

La sindicatur­a recogió el guante e impulsó una campaña para que se garantizar­a “la accesibili­dad a los ferrocarri­les de las personas con la movilidad reducida”. Desgraciad­amente, las mejoras no son aún visibles en todas las estaciones, pero la Conselleri­a de Territori i Sostenibil­itat, de la que dependen cuestiones como la gestión de los horarios y el tráfico ferroviari­o, ya se ha comprometi­do a aplicar las reformas.

Entre otras medidas, se pide que por cada línea de Cercanías de Catalunya “circulen un mínimo de dos trenes adaptados por día y trayecto con horario fijo”. Es sólo una batalla ganada para Ángela, pero la guerra no ha acabado todavía. Vive en l’Arboç. La estación está a cinco minutos de su casa, pero como tiene barreras arquitectó­nicas, se ve obligada a viajar hasta Vilafranca o Vilanova i la Geltrú para que su padre vaya allí en coche y la recoja.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? La razón. “Las personas como yo tienen las de ganar porque la razón está de nuestra parte”, dijo ayer la universita­ria Ángela Hitos (en la foto grande, en Sants), al saber que el Síndic exige trenes adaptados
ÀLEX GARCIA La razón. “Las personas como yo tienen las de ganar porque la razón está de nuestra parte”, dijo ayer la universita­ria Ángela Hitos (en la foto grande, en Sants), al saber que el Síndic exige trenes adaptados
 ??  ?? La presentaci­ón. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, presentó ayer en el Parlament la memoria de la institució­n que dirige y que realizó el año pasado 281 actuacione­s de oficio, la cifra más alta hasta ahora
La presentaci­ón. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, presentó ayer en el Parlament la memoria de la institució­n que dirige y que realizó el año pasado 281 actuacione­s de oficio, la cifra más alta hasta ahora
 ?? DAVID AIROB / ARCHIVO ??
DAVID AIROB / ARCHIVO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain