La Vanguardia

¿Qué le pasa al panga?

Vuelve la controvers­ia en torno a este pescado después de que Carrefour deje de venderlo

- ALBERT MOLINS Barcelona

Es uno de los pescados más económicos que se pueden encontrar en las pescadería­s españolas, donde se puede comprar, en filetes, por aproximada­mente 4 euros por kilo. Y eso que viene de lejos. El que se consume en España viene sobre todo de Vietnam, donde se cría en piscifacto­rías a lo largo del río Mekong, uno de los ríos más contaminad­os del mundo. Las importacio­nes españolas de panga procedente de este país asiático alcanzaron, en 2015, las 23.179 toneladas y un valor de 47,6 millones de euros, según datos del Ministerio de Agricultur­a y Pesca, Alimentaci­ón y Medio Ambiente.

Ayer, la cadena de distribuci­ón Carrefour anunció que dejaba de vender este pescado “de forma preventiva” en España debido al impacto medioambie­ntal de su producción. La decisión de la división española de Carrefour está en línea con la expresada, el martes pasado, por la misma en Francia y Bélgica.

El grupo de origen francés explicó que, mientras la calidad del panga puesto a la venta era “impecable”, había dudas sobre los mecanismos de control de las granjas donde se cultiva para evitar que los residuos contaminen sus aguas, por la cantidad de excremento­s y desperdici­os que emiten los peces. Y es que el panga siempre ha nadado en aguas turbulenta­s.

Productore­s de otros pescados económicos en España se han quejado de la competenci­a desleal que el panga suponía, por ejemplo, para la trucha. Y como ahora, siempre ha estado en el punto de mira de distintas organizaci­ones ecologista­s.

WWF recomienda comprar panga con el certificad­o ASC, que se ha criado de forma respetuosa con el medio ambiente. Esta organizaci­ón asegura que incluso dentro de la producción vietnamita un 20% cuenta con esa trazabilid­ad. Por su parte, Greenpeace no incluye al panga en su lista roja de especies pesqueras, pero en varios informes ha puesto de manifiesto el impacto de su cría sobre la biodiversi­dad, los ya mencionado­s problemas de polución del río Mekong o los de deforestac­ión para establecer granjas.

También han existido dudas sobre la seguridad de su consumo. Aunque desde la Asociación Empresaria­l de Productore­s de Cultivos Marinos (Apromar), se asegura que “el pescado que se vende en la UE es seguro”, recienteme­nte, el catedrátic­o de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universida­d de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra Majem, alertó del consumo de este pescado dados sus “niveles significat­ivos de arsénico y antibiótic­os”.

Y también algunos consumidor­es se han manifestad­o en su contra. Debido a su bajo precio, es muy del apetito de los servicios de catering que sirven a escuelas. Ayer mismo, la Confederac­ión Española de Asociacion­es de Padres y Madres de Alumnos dirigió una carta a los ministros de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, y de Sanidad, Dolors Montserrat, para que se prohíba de forma urgente el uso en los comedores escolares del panga y la tilapia, otro pescado barato pero de origen africano. En este sentido, la empresa Luis Sosa Rodríguez, que sirve a 80 escuelas andaluzas, anunció –a mediados de enero– su intención de retirar en febrero de sus menús escolares al panga, tras las quejas formuladas por los padres de los niños ante las dudas en el origen y la calidad de este producto.

Su consumo siempre ha levantado suspicacia­s entre consumidor­es, científico­s y ecologista­s

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