El plagio como una de las malas artes
Las supuestas copias en ‘La La Land’, en los Gaudí y en el 080 reabren un debate
El plagio en el cine, en el arte, en la moda, en todo lo que lleva la palabra creación aparejada. ¿Dónde empieza? ¿Cuándo acaba? Hasta ayer mismo al plagio, que es una cita, le llamábamos posmodernidad y nos quedábamos tan anchos. El signo de los tiempos, decíamos. Tiempos irónicos que empezaron cuando Duchamp pintó los bigotes a la Mona Lisa y colocó un urinario en medio del museo. A aquello Duchamp lo llamó obra de arte y cobró por ello. Con el tiempo otro artista se meó dentro del urinario icónico y también quiso cobrarlo. Nos reímos con la ocurrencia, sí.
Pero, los creadores, con estas cosas se ríen cada vez menos. La ironía se esta acabando, sobre todo cuando vives de los frutos de tu imaginación. En la edad media, al artista que era original le cortaban la cabeza. Ahora hay que ser original a toda costa. ¿En que quedamos?
“Borges habló de 12 patrones universales en la creación, y todo lo demás son variaciones de esos mismos temas”, recuerda Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Catalunya.
“El robo, en la creación, está permitido; siempre y cuando vaya seguido de un asesinato”, que dijo alguien, quizá Oscar Wilde que lo ha dicho todo. Los creadores no están para bromas y llaman a la copia por su nombre, que es plagio. Aunque saben que antes del asesinato existen los tribunales.
O intentar sacar partido, ganando la carrera a la copia. Los trapos exhibidos estos días en la 080 Barcelona Fashion se venden a pie de pasarela, como un zoco. Los diseñadores lo definen como ready to buy que MODA Los diseñadores de moda han empezado a vender sus creaciones en la misma pasarela queda más fino. El negocio de la moda va muy rápido. Lo que un día se exhibe en París, el siguiente, como una imitación, está tirado en Barcelona, mientras un vendedor extracomunitario vigila la llegada CINE En cine el plagio también puede ser homenaje y cita si el director lo reconoce de los urbanos. Los artistas plásticos realizan homenajes y, con ello, siguen el viento de la historia.
El plagio, en cine, también se llama homenaje y cita, depende de la sinceridad del que copia. El homenaje es el plagio reconocido. La cita es eso que está ahí, depositado en el imaginario colectivo, una referencia común y compartida. Porque “ningún hombre es una isla”, que dijo el poeta.
Y luego tenemos los últimos premios Gaudí que son un laberinto de acusaciones entre unos y otros. Tras la ceremonia de los galardones más importantes del cine catalán, celebrados el pasado domingo, el cineasta Javier Giner dice que le han ‘fusilado’ un corto con un sketch al principio del evento. Uno en que un vendedor puerta a puerta promociona el cine catalán.
Efectivamente, el sketch señalado por Giner es muy parecido a un corto suyo realizado hace tres años, en el que un vendedor vende cine español, también puerta a puerta. El cineasta dice que se parecen demasiado: el mismo nombre –Puerta
a puerta– incluso. “Se parece –asegura– plano a plano”. La polémica esta servida.
Lluís Danés, el director de la ceremonia, es contundente al respecto. En la forma, ambos sketch son parecidos. Pero muy diferentes en el contenido. “Tan sólo puedo decir que no lo conocíamos, ni yo ni los guionistas”, afirma. “De ser así, lo hubiéramos cambiado”.
Pau Escribano, guionista de la ceremonia junto con Oriol Jara, dos veteranos de Polònia y otros muchos espacios de humor, subraya que respeta a Javier Giner y lamenta la coincidencia. Pero insiste en que es eso: una mera coincidencia. “En Polonia hemos utilizado la misma idea en otras ocasiones, la del vendedor puerta a puerta me refiero”. Y explica la génesis de su sketch, porque en creación, dice, como en casi todo, nada sale de la nada. “Tanto Oriol como yo somos fans del musical The book of mormon, y su reparto utilizaron algo parecido para abrir la entrega de los Tony, los premios de teatro más prestigiosos en Estados Unidos”.
Escribano habla incluso de un subgénero puerta a puerta. Puestos a buscar el origen de ese subgénero de humor habría que remontarse a los Monty Python, quizá, que hicieron varios parecidos. También al actor Marty Feldman en el lejano 1970. Ejemplos semejantes hay muchos, es cierto, pero la duda permanece. “Yo creo que han visto mi corto”, insiste Giner, que también es jefe de prensa de Almodóvar. “Demasiadas coincidencias”.
¿Llegarán a intervenir los tribunales?
JAVIER GINER El autor del corto supuestamente plagiado en los Gaudí se siente ultrajado PAU ESCRIBANO El guionista de la ceremonia asegura que no ha visto el filme de Giner
“No; no voy a denunciar nada. No quiero implicar a la Acadèmia de Cinema, a la que pertenece gente que admiro y respeto. Tampoco quiero compensación económica, y sé que un plagio es complicado de probar”, reconoce Giner.
En cuanto al problema esencia, si es plagio o no “que cada uno juzgue. Objetivamente se parecen, que voy a decir”, apostilla.
Lo que más le ha molestado son ciertos comentarios que, en su opinión, han incendiado la polémica. “Especialmente los de Isona Passola”, dice Giner, que los encuentra “irresponsables y poco respetuosos”. La presidenta de la Acadèmia hablo de ‘ideas en el aire’,“ella, que es productora, qué diría si dijera algo así de sus directores?
Pero más allá de sensibilidades heridas, la pregunta esencial permanece: ¿Qué es qué es un plagio? Una copia en lo substancial, según definición legal. ¿Copia Tarantino a Bruce Lee en Kill Bill? Lo hace Iñarritu con Andrei Tarkovski.
Depende cómo se mire ¿no? “No; no depende. Para nada. Las tres se descubren con claridad”, afirma Jaume Figueras, el decano de los cronistas catalanes de cine, que tiene la historia del cine en su cabeza. Cita Figueras a Almodóvar, que lo
ha hecho todo, plagiar, homenajear y citar. “Plagia a Hitchcock en el asesinato de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?; Homenajea a Ricas y famosas con Marisa Paredes y Juan Echanove frente a la chimenea, en
La flor de mi secreto, y cita a Jane
Fonda, en Klute , en Mujeres al borde de un ataque de nervios, con la escena en que Carmen Maura lanza el teléfono por la ventana”.
Y La La Land, ¿no tiene escenas calcadas de otros musicales? Sí, pero... “Damien Chazelle, su director, ha confirmado de dónde salen. La la
Land no es una nota a pie de página. Volviendo a lo viejo, Demy, los musicales de la Fox, dice cosa nuevas. Si acaso La La Land es un homenaje”, dice Esteve Riambau, de la Filmoteca. Y así nos topamos con la famosa frase: “Todo lo que no es tradición, es plagio”, que decía Eugenio d’Ors. Un clásico.
Aunque uno prefiere aquella sentencia de Picasso: “El artista mediocre, copia; el genio roba”. Aunque al parecer lo dijo Oscar Wilde, como todo. Picasso, si acaso, al decir lo mismo, le rindió un homenaje.