Orden, presión y repliegue
De la posesión. Ayer se enfrentaron dos equipos que han cimentado el cumplimiento de unas expectativas óptimas a través de recursos diferentes y seguramente ninguno querría abandonarlos nunca. Además, el Barcelona lo ha conseguido a través de un juego preciosista; entonces el estilo es una verdad absoluta. Pero al margen de las formas, hay una serie de condicionantes relacionados con las distancias y la ocupación de los espacios que es lo que te permite rendir al máximo y reducir las prestaciones del rival. Durante la época de la posesión se entendió que la continuidad de la transición hacía que el rival no tuviera el esférico y ese era el gran mecanismo defensivo. Pero el verdadero valor de la posesión era que para hacerla efectiva requería que el equipo siempre viajase junto. Y curiosamente, el gran éxito de la posesión surgía cuando en campo contrario y con el rival replegado se perdía el balón; es decir, se producía una interrupción en la posesión, para volverla a recuperar con el rival descolocado al intentar el contragolpe.
Al repliegue. Durante la primera mitad vimos a un Barcelona espléndido. Lejos del equipo preciosista de antaño, pero con una organización en el juego y su desarrollo inmejorable. Trató de manejar el esférico, pero en ningún caso más allá del riesgo innecesario. Sin la displicencia de su partido ante al Betis y en cambio utilizándolo en la medida justa para que el Atlético tuviera que ejercer la presión alta hasta las cercanías de Cillessen y así se distanciaran sus líneas. Un Barcelona sin apenas pérdidas en su propio campo permitió que sus defensas vivieran con un número de pulsaciones soportables y por lo tanto mostrándose sólidos y concentrados. Pero el gran valor del repliegue del Barcelona durante esa primera mitad es que participaron todos los jugadores, se situaron unos muy cerca de los otros y así como pasaba con la cercanía generada por la posesión, la ocupación de los espacios y la distancia entre jugadores era la ideal para el robo tras la presión. Muchos vieron en el 0-1 un error en un pase atrás de un jugador del Atlético. Yo lo que vi es que cuando los madrileños trataron de evolucionar por la banda izquierda, al llegar más allá de los dos tercios de campo, el jugador que presionó a Saúl en posición de lateral fue Messi y cerca de él había hasta 7 jugadores del Barça reduciendo el espacio.
En el primer tiempo se vio un Barça espléndido, lejos del preciosismo, pero con organización
Vivir en campo contrario. Uno puede ejercer la posesión en campo contrario sin necesidad constante de manejar la pelota en el centro del campo. Si después de situarla en campo contrario el equipo la maneja, se da tiempo a las líneas para juntarse. En el 0-2, desde Cillessen llegó el esférico a Suárez en la banda izquierda y entonces se ejerció la posesión desde allí a la banda contraria hasta el punto de que Sergi Roberto pudo desdoblarse en ataque y Messi golear.