De Madrid a Hollywood
El Goya al mejor corto empuja a Juanjo Giménez en su aspiración al Oscar
El Goya puede catapultar al Oscar, premio para el que fue seleccionado hace dos semanas el cortometraje de ficción Timecode, del barcelonés Juanjo Giménez.
E l cortometraje sigue contemplándose en España como el hermano menor del cine. Y en la gala de los Goya del sábado, donde se repartieron 28 premios a lo largo de tres horas, los destinados a los cortos quedaron relegados a un plano remoto de la escena. Pero aún no es tarde para reseñar la importancia del galardón al corto de ficción, que fue para
Timecode. Porque esos 15 minutos de metraje bajo dirección del barcelonés Juanjo Giménez son en realidad lo más granado de la gran cosecha cinematográfica del 2016, según los jurados de todo el mundo. Y el Goya puede ser un empujón clave en la aspiración de la cinta al Oscar, para el que fue seleccionado hace dos semanas.
En su periplo por festivales y premios de los cinco continentes, Timecode lleva acumulada la friolera de 48 reconocimientos, según su distribuidora, Marvin and Wayne. El premio más importante por ahora es la Palma de Oro de Cannes, primera que obtiene un corto español y segunda para un realizador del país tras el triunfo de Luis Buñuel con su largometraje Viridiana, en 1961. El filme de Giménez también se impuso dentro de su especialidad en los Gaudí, hace ocho días.
Timecode narra la peculiar relación que Luna, guardia de seguridad en un aparcamiento subterráneo, entabla con su compañero del turno de noche, Diego. Los dos actores, Lali Ayguadé y Nicolás Ricchini, son bailarines. Y eso da la clave de su forma de comunicarse a través de las cámaras interiores. La idea surgió de una vivencia del propio Giménez relacionada con “el descubrimiento de secretos” suyos por parte de compañeros de trabajo.
En el rodaje de Timecode colaboraron alumnos de la Escola de Cinema de Reus, donde el cineasta es profesor. Giménez no olvidó citar a los pupilos en el escenario de los Goya. Lo hizo antes de ironizar sobre la relevancia que se le da al corto en España, a diferencia de otros países donde se le mima algo más. “Gracias a la Academia del Cine –dijo el realizador–, por permitir que los largometrajes compartan la gala con nosotros”, los directores de cortos. “Un largometraje puede ser una buena carta de presentación. Así que animaría a los largomet rajistas a dar el salto… al vacío”, bromeó.
Giménez voló ayer hacia Los Ángeles para promocionar su obra en Hollywood, donde compite por el Oscar con Ennemis intérieurs, La femme et le TGV, Silent nights y Sing. Los cinco filmes llegaron ahí después de sucesivas cribas entre más de 5.000 competidores. El ganador se conocerá en la gala del 26 de febrero.