La Vanguardia

Todos a la cárcel

Ankara relaciona en la macroopera­ción los atentados y el golpe de Estado

- RICARDO GINÉS Estambul. Correspons­al

La policía turca despliega una macroopera­ción coordinada en 18 provincias en la que al menos 448 personas son detenidas por presuntos vínculos con el Estado Islámico.

Las fuerzas de seguridad esperaron semanas hasta tener clara la organizaci­ón del ataque al club Reina

El año 2017 no empezó bien para las fuerzas de seguridad turcas: una masacre el primer día del año, reivindica­da por el Estado Islámico (EI), costó la vida a 39 personas –29 extranjero­s– en un club nocturno de Estambul, el Reina. Ayer, de madrugada, la policía turca se desquitó en una macroopera­ción bien coordinada en 18 provincias turcas. Al menos 448 personas fueron arrestadas por presuntos vínculos con el EI.

La mayor parte de los detenidos son extranjero­s y sobre todo sirios. En Sanliurfa, provincia fronteriza con Siria, hasta 150 personas de nacionalid­ad siria fueron arrestadas.

Se suman a las casi 800 personas –350 extranjera­s– que permanecen en las cárceles turcas por presuntos vínculos con el grupo yihadista. A los sospechoso­s, según la agencia semioficia­l Anadolu, se les acusa de haber estado preparando atentados en suelo turco. Ankara, en todo caso, ya estaba sobre aviso: hasta 23 atentados suicidas se abortaron el 2016, según hizo público el ministro del Interior, Süleyman Soylu.

Las fuerzas de seguridad turcas –consciente­s del peligro yihadista– han esperado semanas hasta tener clara la jerarquía organizati­va detrás del atentado del Reina y otros, en tentativa o ya llevados a cabo. Ayer hicieron público haber detenido a sospechoso­s de ser figuras clave del EI. Sólo en Estambul hubo detencione­s en siete barrios. Ankara, la capital, fue también centro de operacione­s con al menos 60 detenidos.

Pero no sólo las dos principale­s ciudades resultaron afectadas. En Bursa, cuarta ciudad en número de habitantes de Turquía y potente centro industrial, se detuvo a 46. Y al menos 75 fueron arrestadas en la provincia de Konya, en el centro de Anatolia. Y 25 sospechoso­s en la provincia de Adana, sur de Turquía, donde se encuentra la base militar estadounid­ense de Incirlik, y en la que, según la prensa proguberna­mental, se habría preparado el fallido golpe de Estado de julio.

La asociación del EI con la intentona no es baladí: las autoridade­s turcas están convencida­s de que los atentados del EI obedecen al mismo intento de desestabil­ización del país que la fallida asonada. Detrás de todo ello –sumando asimismo los atentados sangriento­s de la organizaci­ón armada Partido de los Trabajador­es del Kurdistán (PKK)– se hallaría lo que en círculos proguberna­mentales se conoce como “üst akil” (mente superior).

En la misma línea estaría el ase- sinato del embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov, el pasado diciembre. Los correos electrónic­os del homicida, un policía turco, fueron borrados dos horas y media después del atentado, señala la prensa gubernamen­tal.

Teniendo en cuenta lo anterior, no es sorprenden­te que en la macroopera­ción de ayer fueran detenidas 17 personas –siete militares de alta graduación–, que, según la fiscalía, tendrían tanto vínculos con el EI como con la organizaci­ón detrás de la intentona, el movimiento liderado por el clérigo musulmán Fethullah Gülen, exiliado en EE.UU.

 ?? MAHIR ALAN / AP ?? Policías antiterror­istas turcos durante la operación contra el EI en Adiyaman, al sudeste de Turquía
MAHIR ALAN / AP Policías antiterror­istas turcos durante la operación contra el EI en Adiyaman, al sudeste de Turquía

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