Invertir en Barcelona
BARCELONA
Nuestra ciudad es única. Ha sabido diferenciarse en una atractiva combinación turística (basada en arte, cultura, climatología, gastronomía y comercial); innovadora, con diseño y creatividad; educativa, especialmente escuelas superiores; industrial, superviviente de mil batallas; deportiva, arraigada en sus habitantes y como meeting
point internacional, con ferias como el Mobile World Congress. Debería ser una de las ciudades más atractivas para la inversión extranjera y la atracción de talento pero, lamentablemente, no lo es. Sorprende que ocupe una posición entre el 20 y el 30 en el ranking mundial de ciudades donde invertir y localizar el talento. Nueva York, París o Munich están muy por delante. Desde la perspectiva alemana, suscitan dudas la situación política, un insuficiente nivel de inglés y una presión fiscal muy elevada.
MUNICH
El ambiente inversor de Munich se percibe en todos los aspectos de su día a día. Todo es crecimiento, nuevas start-up, nuevos proyectos de innovación, investigación, internacionalización, expansión o consolidación. Hay organismos oficiales, como Invest-in-Bavaria, que se ocupan de ayudar con la planificación, la localización y la implementación de los proyectos de inversión allí. Por otro lado, Munich-Welcome da apoyo al recién llegado con la selección de vivienda, la integración en la ciudad y el networking. Los profesionales con titulación superior que nos trasladamos a Munich durante los años de la crisis en España nos hemos adaptado al ritmo de trabajo alemán, a su idioma y a sus buenas condiciones salariales y sociales, difícilmente igualables en Barcelona.
‘TO DO...’
La comparación entre Munich y Barcelona es complicada e injusta. Alemania ha sabido gestionar y conservar sus marcas de prestigio, dándoles ventajas difíciles de igualar, como la fiscalidad, uno de los aspectos clave que condicionan las decisiones de los inversores. El impuesto de sociedades es equivalente en ambos países. Sin embargo, Alemania eliminó hace años el IRPF por rendimientos del capital. Lo hizo para evitar que sus empresas se fueran del país. Una vez pagados los impuestos del rendimiento del capital, un inversor obtiene en Alemania el doble del importe neto que en España, por el mismo beneficio. Parece una paradoja, pero en Munich, si eres inversor, puedes pagar mejor salario a tus empleados, con mejores condiciones sociales y los beneficios que te llegan netos son mayores, porque la carga impositiva es menor.
SUSCITAN DUDAS LA SITUACIÓN POLÍTICA, EL NIVEL DE INGLÉS Y LA PRESIÓN FISCAL TODO ES CRECIMIENTO, NUEVAS ‘STARTUP’, PROYECTOS DE INNOVACIÓN ALEMANIA ELIMINÓ HACE AÑOS EL IRPF POR RENDIMIENTOS DEL CAPITAL