La hora de la alegría
El españolismo vuelve a pensar en Europa pese a que los precedentes inviten a mantener la calma
La afición tiene todo el derecho a soñar”. Esa ha sido la instrucción que Quique Sánchez Flores ha venido dando al españolismo. Y la afición está cumpliendo. Tras sufrir y disfrutar en la grada de La Rosaleda como el equipo lo hizo sobre el césped, el centenar de aficionados desplazados que ayer por la mañana regresó a Barcelona en avión desembarcó cantando de un vuelo donde todo habían sido llantos, oraciones y vómitos por las fuertes turbulencias.
Difícilmente se puede encontrar un mejor ejemplo de que ha vuelto la euforia por Europa, por más que la Europa League quede aún a tres puntos, el Espanyol esté empatado con otros dos equipos (Eibar y Athletic Club) y el calendario que tiene por delante sea especialmente complicado con la Real Sociedad y el Real Madrid como próximas piedras en el camino.
En el vestuario se sigue imponiendo el discurso del partido a partido y desde el club tampoco nadie quiere lanzar las campanas al vuelo. Sólo Aarón se atrevió a hablar de Europa tras la victoria en Málaga con descaro y sin ningún tipo de complejos, la misma actitud que exhibió sobre el césped ya con el 12 del primer equipo a la espalda.
“No nos ponemos más objetivos que ganar cada partido”, matizó Hernán Pérez, el primero en decir el día de su renovación que el Espanyol estaría “mucho antes” del 2022 en la competición europea. “Esta victoria nos refuerza, es la tercera consecutiva y el viernes vamos a tratar de conseguir la cuarta ante nuestra gente. Ahora vamos a intentar ir a más”, añadió Gerard Moreno sin querer pronunciar tampoco la palabra prohibida.
También rehusó hablar de Europa Diego López, el principal defensor de esta progresión por tareas que lleva el equipo. “El objetivo no puede ser otro que ganar cada partido, no vamos a mirar de momento a la clasificación”, aseguró el meta. “El objetivo era ganar el partido del Málaga y ahora es ganar el de la Real Sociedad, no hay más”, zanjó Piatti.
La historia reciente del club avala esta precaución en que se ha instalado el equipo. La actual situación en la tabla y el balance de puntos no es mejor que los que dejó Pochettino en sus dos temporadas completas como técnico (20102011 y 2011-2012) o los de la segunda temporada de Valverde (20072008). En estas tres campañas, el Espanyol estaba mejor que ahora en la clasificación. Concretamente quinto en las tres ocasiones, ocupando ya plaza europea. Y en las tres igualaba o mejoraba los 32 puntos actuales, así como superaba el registro de victorias, aunque sólo
Pochettino, en dos ocasiones, y Valverde mejoraban los números actuales “Hasta ahora no habíamos conseguido tener la cabeza fría, ahora trabajamos con garantías”
en la 2007-2008 igualaba las cinco derrotas actuales.
Sin embargo, en ninguna de estas temporadas el equipo pudo hacer realidad al acabar la competición el sueño de regresar a Europa. La última vez que lo hizo, vía la Liga, en la temporada 2004-2005 a las órdenes de Lotina, también mejoraba a estas alturas la posición en la tabla y la puntuación. El equipo era entonces cuarto y sumaba tres puntos más. La diferencia respecto a estos cuatro precedentes es que este Espanyol ha sabido ir de menos a más desde un mal arranque liguero, en el que no sumó su primera victoria hasta la quinta jornada. Y tras eso, no volvieron los blanquiazules a sumar tres puntos hasta cuatro jornadas después.
“Hemos ido creciendo como equipo, sabíamos que el principio no iba a ser fácil. Hemos sido perseverantes y por eso hemos llegado hasta aquí”, señaló Diego López. “Hasta ahora no habíamos conseguido tener la cabeza fría, ahora podemos trabajar con más garantías”, añadió Piatti.
A ello se suma que este Espanyol nace de un nuevo proyecto construido con una fuerte inversión que le otorga una solidez que no han tenido las plantillas de los últimos años. Hay base para soñar, aunque para ello haya que sufrir en la grada y hasta en los aviones.