La prueba continua
Es un libro corto, de no más de cien páginas, titulado Per
què faig de polític? Antoni Vives lo escribió hace unos diez años. La presentación, si la memoria no me engaña, se hizo en el auditorio de la Fundació Tàpies y en ella intervinieron Artur Mas y Salvador Cardús. Recuerdo que el sociólogo Cardús explicó que era un libro dirigido sobre todo a los compañeros de partido y se refirió al objetivo final de aquel político singular: la independencia. Algunas cosas, sin embargo, se estaban torciendo. Aunque Vives había formado parte del núcleo de confianza de Mas –aquello que se denominó el pinyol–, él estaba cada vez más alejado y, al fin, le tocaría mirar desde la barrera el proceso de refundación del ideario de Convergència que tendría como punto de inflexión la conferencia de Mas pronunciada pocas semanas después.
Fue en aquella época cuando Vives y yo, sin pensar lo mismo, nos hicimos amigos. El jueves pasado, a primera hora, empezaron a llegarme mensajes de gente que sufría porque lo habían detenido. Fue un día triste y demasiado largo. Los guardias civiles que registraban su casa se fijaron mucho en las libretas, laboratorio de sus novelas. Estaban escritas en catalán. Como los agentes de la Benemérita desconocen nuestra lengua, Toni, tras servirles un café, a menudo les traducía lo que le pedían.
Una libreta estaba escrita en castellano. Era la traducción manuscrita que su suegra hizo de aquel librito concebido cuando aún pretendía hacer de político. Para demostrar que no engañaba les dijo que leería el fragmento en catalán que ellos quisieran y así podrían comprobar, palabra por palabra, cómo encajaba con la traducción. No sé qué capítulo era, pero me gustaría que los hijos de Toni releyeran ahora las palabras que su padre les dirigió en aquel libro que escribió pensando en ellos cuando todavía eran unos críos. “Antes os hablaba de la necesidad de la perseverancia, de la prueba continua, de la pasión y del pensamiento positivo. En el fondo os estaba dando antídotos contra el daño del fracaso, que es la tristeza, el autocompadecimiento, las ganas de encerrarte en tu mundo y dejarlo todo de lado”. Familia: ¡un abrazo!