Draghi dice que ni Alemania ni el BCE debilitan al euro adrede
El presidente del banco central asegura que mantendrá los estímulos
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), no se va a mover ni un ápice de su posición por mucho que la inflación parezca discutirle su hoja de ruta o le lluevan las presiones tanto en Europa como desde Estados Unidos. En una comparecencia pública en Bruselas, el guardián del euro negó ayer que la institución que preside esté inmersa en una guerra de divisas. “El BCE no ha intervenido en los mercados de divisas desde el 2011”, dijo en respuesta al director del Consejo Nacional de Comercio de Estados Unidos, Peter Navarro, de que Alemania está utilizando un euro “groseramente infravalorado” para obtener una ventaja comercial injusta.
El programa de compra de bonos del BCE, iniciado en marzo del 2015, fue prorrogado desde marzo a diciembre de este año, aunque el BCE reducirá las compras mensuales de bonos desde los 80.000 a los 60.000 millones de euros. Así se decidió en la reunión del consejo de gobierno del BCE del pasado diciembre. Sin embargo, el último dato de la inflación en la eurozona, que se disparó en enero hasta el 1,8% en tasa interanual, ha alimentado el debate sobre si ahora son tan necesarios los estímulos monetarios.
Para Draghi, en cualquier caso, no hay nada que discutir, al menos por ahora, ya que la inflación subyacente de la eurozona –sin los precios energéticos y los alimentos frescos– sigue en el 0,9%. “Nuestras decisiones de diciembre muestran nuestra creciente confianza en que las perspectivas económicas de la zona euro se están consolidando”, dijo el presidente del BCE. “Al mismo tiempo, se toma en cuenta la falta de un signo claro de convergencia sostenida de las tasas de inflación hacia el nivel deseado”, que es cerca pero por debajo del 2%.
Por otro lado, preguntado por las órdenes ejecutivas que ha firmado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para iniciar la paralización de la reforma financiera de Barack Obama, Draghi defendió la necesidad de regular el sector y afirmó que no se debe sucumbir a la presión de los bancos. “Hoy en día tenemos políticas expansionistas más o menos en todos lados, con diferentes grados dependiendo del momento del ciclo de la recuperación en el que están las diferentes economías. Por lo tanto, lo último que necesitamos es una relajación de la regulación”, concluyó Draghi.
El BCE continúa y continuará con sus planes mientras crea necesario mantener sus manos en el mercado. Esta política ha dado estabilidad a la divisa, a la eurozona en sí y, muy especialmente, a la periferia del euro. En enero, el banco central destinó 8.789 millones de euros a la compra de bonos españoles, una cifra un 32% superior a la del mes anterior y que eleva a 159.122 millones la deuda pública española adquirida desde el inicio del plan. De este modo, la española era la cuarta deuda soberana con mayor presencia en la cartera del BCE a 31 de enero, sólo por detrás de Alemania (321.653 millones), Francia (255.107 millones) e Italia (221.907 millones), en línea con las estimaciones en función de la clave de capital correspondiente a cada país.
El BCE acumula compras de 159.000 millones de euros en bonos españoles desde marzo del 2015