Homs declara que informó a Mas de que no se incurría en ilegalidad con el 9-N
“¡Qué lástima!”, le espeta el exconseller de Presidència al fiscal al saber que este no iba a interrogarle durante la sesión de ayer del juicio
El exconseller Francesc Homs tuvo ayer un rifirrafe con el fiscal del juicio por el 9-N dentro y fuera de la sala. “¡Qué lástima que no me hayas preguntado!”, le dijo Homs a la salida, y el fiscal le replicó: “Haga que me asciendan y le preguntaré en el Tribunal Supremo” cuando tenga que acudir el 27 de febrero. Al margen de la anécdota, Homs declaró que informó al Govern de que no se incurría en ilegalidad alguna por el proceso participativo del 9-N.
Los testigos de los juicios quieren pasar cuanto antes el trago. Que acaben ya, que no les hagan más preguntas. Terminar, caminar hasta la puerta de la sala, salir y olvidarse; es lo que muestra la experiencia. Francesc Homs es una excepción. El exconseller de Presidència, diputado en las Cortes y próximo inquilino del banquillo del Tribunal Supremo, no. Cuando acabó ayer su comparecencia en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) por la causa del 9-N, al conocer que el fiscal no le iba a interrogar, exclamó: “Qué lástima”.
Homs estaba citado como testigo de las defensas de los tres acusados, Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, y declaró que, como responsable de los servicios jurídicos de la Generalitat, informó a Mas que no cometían ninguna ilegalidad con la convocatoria del 9-N y que la providencia del Tribunal Constitucional (TC) del 4 de noviembre era confusa.
El actual diputado del PDCat en Madrid testificó algo más de media hora, pero se le hizo corto, y así expresó su pesar porque no le interrogara la Fiscalía. Y aún más, porque luego protagonizó un incidente con uno de los miembros del Ministerio Público, Emilio Sánchez-Ulled. Homs se quedó en la sala al terminar su intervención, y al acabar la sesión esperó en la puerta, por la parte de dentro, a que saliera el fiscal, a quien volvió a manifestar sus lamentos: “Qué lástima que no me haya preguntado, para poder contestar”. Sánchez-Ulled le respondió: “Pues nada, como los funcionarios que han declarado aquí han ascendido, llame a Madrid, haga que me asciendan y le preguntaré en el Supremo”.
No consta la llamada, pero no hizo falta: a la una de la tarde se hizo pública la noticia de que el Tribunal Supremo juzgará a Homs por el 9-N el próximo 27 de febrero. En un auto hecho público ayer, la sala II de esta instancia anunció la fecha de inicio de la vista, que seguirá los días 28 y 1 de marzo.
La sala estará presidida por Manuel Marchena, que estará acompañado por otros seis magistrados: José Ramón Soriano, Francisco Monterde, Juan Ramón Berdugo, Ana Ferrer, Andrés Martínez Arrieta y Miguel Colmenero. El Supremo admite que declare Artur Mas como testigo, pero declina que lo hagan Mariano Rajoy, Rafael Catalá, el presidente del Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y el ex Fiscal General del Estado, Eduardo Torres Dulce, “por carecer de todo enlace con el objeto del proceso”. Y tampoco admite que se adjunte el informe de la junta de fiscales de Barcelona, por no ser una resolución.
Pero ayer Homs tenía ganas de hablar, tantas que casi no hizo caso ni a su abogada, Eva Labarta. Porque Homs compareció acompañado de letrada, ya que aquí es testigo, pero en el Tribunal Supremo está acusado por los mis- mos hechos. Por eso se le permitió asistencia, para preservar sus derechos. El defensor de Artur Mas, Xavier Melero, le hizo una pregunta sobre la carta que es la base de su incriminación, y Labarta dijo que no era pertinente contestar. Y aún así empezó a responder, y fue necesario que el presidente del tribunal, Jesús Barrientos, le indicara que no lo hiciera. Acto seguido, en otra cuestión comprometida, Barrientos le inquirió si la entendía y retomó las puyas: “Si, muy bien. No quería que me volviera a reñir. ¿Puedo contestar?”
Las defensas pidieron la declaración de Homs para ahondar en uno de los nudos gordianos de la causa: el alcance de la providencia de Tribunal Constitucional del 4 de noviembre, que suspendía el proceso participativo. El exconseller respondió de forma prolija, trufando sus frases con contenidos políticos, casi un mitin, con diatribas contra el Go-
DUDAS SOBRE LA PROVIDENCIA Los letrados quieren dejar claro que el Constitucional no avisó de las consecuencias
PRÓXIMO JUICIO El Tribunal Supremo hizo público que juzgará a Homs el próximo día 27
Homs al fiscal: “Qué lástima que no me haya preguntado, para poder contestar”
El fiscal a Homs: “Como los funcionarios que han declarado han ascendido, llame a Madrid, haga que me asciendan y le preguntaré en el Supremo”
ESCRITO IMPRECISO Para el exconseller, la providencia del TC era confusa y por ello pidió aclaraciones
RECTA FINAL Los últimos testigos de las defensas comparecerán hoy ante el TSJC
bierno español, que despreció el 9-N, dijo; invectivas al TC, al que mostró como arrodillado ante el ejecutivo, y reproches al ministro de Justicia, Rafael Catalá.
En cuanto al relato de los acontecimientos, explicó que se enteró de la providencia del TC en la reunión del Govern de los martes. Como jefe de los servicios jurídicos de la Generalitat, refirió que recabó datos sobre la situación, consultó con expertos y luego dio cuenta al resto del ejecutivo catalán, pero no como un mero transmisor, porque él “configuraba la decisión final”.
En este sentido, describió que informó a Artur Mas y al resto del Govern de que “nosotros no estábamos cometiendo ninguna irregularidad, ni ilegalidad, ni en ningún caso ninguna acción que pueda ser tipificada en el terreno penal. Di fe de que sólo estábamos haciendo lo que legalmente teníamos posibilidad de hacer y la obligación de hacer”.
En cuanto a la providencia del Tribunal Constitucional en sí, criticó su indefinición, que no estaba claro su alcance, pues quedaban en el aire cosas como “si podían hacer una rueda de prensa”. Y resaltó que en ella no se recogía la petición de la Abogacía del Estado, en el sentido de apercibir directamente de las posibles consecuencias de su incumplimiento. Este es, precisamente uno de los quid de la cuestión para las defensas.
Por eso, relató, plantearon un recurso de súplica, que no fue respondido antes del 9-N. Ni siquiera, añadió, antes de que concluyera el proceso participativo, que acabó el 25 de noviembre, y en este tiempo, agregó, no recibieron ni una notificación. Adeper más, recordó que el 17 se produjo la junta de fiscales de la Fiscalía de Catalunya, que emitió un informe contrario a la presentación de la querella, enmendado luego por la junta de fiscales de Sala, órgano de mayor rango, en Madrid.
Pero Homs no fue el único en comparecer ayer. También lo hicieron tres miembros del Consell a la Transició Nacional, los catedráticos Carles Viver, Enoch Albertí y Joan Vintró. Este órgano emitió un informe en el que se señalaba que no había ilícitos penales en la convocatoria, si bien a preguntas del fiscal admitieron no tener información sobre las actividades que estaba llevando a cabo la Generalitat.
Luego testificaron dos expresidentes del Parlament, Núria de Gispert y Joan Rigol, y cerraron la lista dos personas del ámbito municipal, Miquel Buch, alcalde de Premià, y Xavier Trias, exalcalde de Barcelona.
Pero a Francesc Homs, el tribunal se le quedó corto, así que a la salida declaró a los medios que no era “casualidad” que se fijara la fecha de su juicio en Madrid el día que comparecía en Barcelona, y tildó de “acto de cobardía” que no se acepten las comparecencias de Mariano Rajoy, Rafael Catalá y del presidente del Constitucional. En el Tribunal Supremo sí que podrá responder al fiscal, cosa que aquí Mas, Ortega y Rigau no han hecho y tienen derecho a ello. Cuando Sánchez-Ulled renunció a interrogarle para no forzar sus derechos, se lamentó. Qué lástima.
‘”Expliqué que nosotros no estábamos cometiendo ninguna irregularidad o ilegalidad”