Investigan si la alcaldesa de Roma favoreció a ‘su Romeo’
Roma vive un escándalo municipal con posible trasfondo amoroso
Nunca una mujer había gobernado Roma en sus 28 siglos de historia. Era de esperar que Virginia Raggi, una abogada de 38 años y con nula experiencia de gestión política, tropezara con numerosos obstáculos en su labor como alcaldesa en una ciudad pésimamente administrada durante decenios y corroída por la corrupción. Pero la realidad ha superado las peores previsiones. Han sido meses de caos y de escándalos. Raggi escogió como mano derecha a un hombre que ya está en la cárcel. Y otro estrecho colaborador –y quizás amante–, apellidado Romeo, la tiene en la cuerda floja por una investigación judicial.
Todo indica que Raggi, del Movimiento 5 Estrellas (M5E), fue víctima, por partida doble, de peligrosas amistades romanas y de una organización política –la de Beppe Grillo– poco cohesionada y dirigida de modo bastante estrambótico, a distancia, por el cómico genovés y la empresa privada que gestiona su blog.
Los nombramientos de Raggi en la cúpula de la junta municipal fueron polémicos desde el principio. Algunos se han revelado tóxicos. Raffaele Marra, que era jefe de Recursos Humanos y el poder en la sombra del equipo de Raggi, fue detenido en diciembre pasado bajo graves acusaciones de corrupción (ocurrida años antes, también cuando trabajaba para el Ayuntamiento). Los fiscales creen que la alcaldesa nombró irregulamente al hermano de Marra, Renato, al frente del departamento de Turismo.
Otro caso muy comprometedor es el de Salvatore Romeo, un oscuro funcionario municipal que, por amistad con Raggi cuando ésta era todavía concejal, fue elevado a la posición de jefe de la secretaría política de la alcaldesa. Este ascenso supuso un enorme salto en remuneración: de 39.000 euros anuales netos a 110.000 euros. Ante la indignación que estalló en el M5E, ese sueldo fue rebajado luego a 93.000 euros anuales.
Sobre Raggi pesan las acusaciones de falsedad y abuso en el ejercicio del cargo. El caso presenta, además, detalles esperpénticos y enigmáticos. Romeo suscribió, meses antes de que Raggi ganara la alcaldía, dos pólizas de seguro de vida, por valor de 33.000 euros, a favor de la alcaldesa (sin que ella, aparentemente, supiera nada). Romeo dijo a los fiscales que lo había hecho por una “relación sentimental”. Luego se corrigió y afirmó que simplemente tenía en gran estima a Raggi.
Ayer, el diario La Stampa publicó declaraciones explosivas del responsable de Urbanismo, Paolo Berdini. Acusó a Raggi de no estar preparada para el cargo y de haberse rodeado de “una banda”. También dejó caer su sospecha de que ella y Romeo eran amantes, y de ahí la promoción del funcionario. Al comprobar el revuelo que había armado, Berdini se retractó en parte y puso su cargo a disposición de Raggi, quien lo confirmó en el puesto.
Roma está siendo un calvario para Grillo. Se aferra a Raggi como a un clavo ardiendo porque no quiere, bajo ningún concepto, aceptar el fracaso. La capital ha sido la conquista política más preciada del M5E y pretende que sirva de trampolín hacia el gobierno de la nación. Más que un trampolín, sin embargo, Roma demuestra ser una severa reválida que pone en evidencia la escasa preparación de los grillini y las flagrantes contradicciones entre su retórica y los hechos.
Virginia Raggi está siendo investigada por nombramientos irregulares, incluido el de su posible amante