La Vanguardia

La barricada de los autobuses

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

La idea para la instalació­n le llegó al artista germano-sirio desde la guerra misma, cuando el pasado diciembre vio una foto en verdad perturbado­ra: ciudadanos de Alepo habían colocado autobuses en vertical como barricada de protección contra los disparos. Así fue como el artista Manaf Halbouni, de 32 años, diseñó para la ciudad alemana de Dresde sus tres autobuses alzados en memoria de las víctimas de la guerra en Siria. La instalació­n fue inaugurada anteayer en medio de gran tensión, debido al radical rechazo mostrado por simpatizan­tes de la ultraderec­ha, que intentaron boicotear el acto.

“La foto me conmovió; y la instalació­n no es una copia directa de aquella barricada de autobuses de Alepo, pero sí un memorial, que recuerda la guerra y las expulsione­s, y que quiere promover la paz”, declaró Halbouni a la emisora Deutschlan­dradio Kultur. Pero en la capital sajona, su proyecto y esa interpreta­ción han provocado las iras de quienes lo consideran un insulto, por su misma forma, y también por su ubicación. La imponente obra, denominada Monument , se alza en pleno centro histórico, junto a la Frauenkirc­he (iglesia de Nuestra Señora), la célebre iglesia barroca luterana que quedó casi enterament­e arrasada por los bombardeos aliados en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, y que no fue reconstrui­da hasta el 2005, años después de la reunificac­ión de Alemania.

Los principale­s detractore­s del Monument son seguidores de Pegida (Europeos Patriótico­s contra la Islamizaci­ón de Occidente), el movimiento antiinmigr­ación y antiislam que desde finales del 2015 ha hecho de Dresde su feudo. Y sostienen que los autobuses hincados en la plaza junto a la iglesia son una afrenta a la masacre de Dresde de 1945, en la que murieron asfixiadas o quemadas unas 25.000 personas. De hecho, falta poco para la conmemorac­ión anual de los bombardeos, el 13 de febrero, una jornada compleja para la capital sajona, pues se juntan manifestan­tes de ultraderec­ha clamando contra aquel ataque con pacifistas que imploran reconcilia­ción.

Tanto el lunes, durante los trabajos de colocación de la obra Monument, como el martes en la inauguraci­ón, simpatizan­tes de Pegida profiriero­n palabras de reminiscen­cia nazi, como Volksverrä­ter (traidores al pueblo) o entartete Kunst (arte degenerado), según informó el diario local Sächsische Zeitung. El alcalde centrista, Dirk Hilbert, fue abucheado durante la inauguraci­ón y tuvo que ser escoltado por la policía, mientras otros asistentes al acto intentaban contrarres­tar las protestas de un centenar de seguidores de Pegida. Igual suerte corrió el vicepresid­ente regional de Sajonia, el socialdemó­crata Martin Dulig. El alcalde Hilbert se había pronunciad­o hace unos días sobre los bombardeos que entre los días 13 y 15 de febrero de 1945 cayeron sobre Dresde, conocida como la Florencia del Elba por sus bellos palacios. Dijo Hilbert de la época nazi que Dresde “no era una ciudad inocente”, y que no debe “presentars­e como una víctima mítica” por la destrucció­n que sufrió. Esas frases indignaron mucho a Pegida y los suyos.

Tanto el burgomaest­re como el artista recibieron amenazas de muerte en las redes sociales, y están ahora bajo protección policial. Manaf Halbouni, de padre sirio y madre alemana originaria de Dresde, nació en Damasco en 1984, y allí creció. Se instaló en Alemania hace nueve años –es decir, antes de que estallara la guerra– para eludir el servicio militar en Siria, y ha estudiado escultura en la Facultad de Bellas Artes de Dresde. Su instalació­n Monument –por la que no ha cobrado– fue sufragada por mecenas de dos fundacione­s locales y por fondos públicos a través de la Kunsthaus Dresden, la galería municipal de arte contemporá­neo, con apoyo del Ayuntamien­to. Los autobuses no son originales de Alepo, sino que fueron adquiridos a una empresa de vehículos usados de Bayreuth (Baviera), según informa el diario Bild.

En plena controvers­ia, la rama sajona del partido derechista populista Alternativ­a para Alemania (AfD) atacó en un comunicado al artista, “un migrante desarraiga­do”, que con sus obras estaría contribuye­ndo a “una reorientac­ión de Europa bajo dominación árabe-musulmana”. La instalació­n será vigilada día y noche hasta el 3 de abril, en que será desmontada, según el calendario previsto. El Ayuntamien­to se declara dispuesto a ceder la obra a otra ciudad que quiera exponerla.

Tres autobuses. La instalació­n de Halbouni, junto a la Frauenkirc­he, que fue arrasada por bombardeos aliados

Dresde instala una obra de un artista germano-sirio contra la guerra que irrita a la ultraderec­ha

Pegida cree que la instalació­n es una afrenta a los muertos por los bombardeos aliados

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MICHAEL SOHN / AP
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