Melania Trump presenta una demanda millonaria contra un diario
Melania Trump reclama 150 millones a un diario por rque una difamación daña su negocio
Dentro de la más estricta discreción, Michelle Obama se negó a echar leña a la hoguera de las vanidades. A aquellos que la insultaron durante sus ocho años en la Casa Blanca los ninguneó con el desprecio. Caso omiso.
¿Alguien se la imagina acudiendo a los tribunales contra los nacionalistas blancos que le dedicaron lindezas racistas, como el calificativo de “simio”? No lo hizo y, menos, por mero afán de lucro.
Su sucesora, Melania Trump, está rompiendo moldes. Es una primera dama extranjera, que llegó a Estados Unidos buscando una oportunidad, en el gobierno de un presidente que cierra fronteras. Ha dado una vuelta de tuerca a una tradición –sólo hay un antecedente en el siglo XIX– al no mudarse a Washington. Prefiere seguir en la Gran Manzana hasta que su hijo, Barron, de 10 años, acabe el curso escolar. “Me preocupa más la presencia de Trump en la Casa Blanca que la ausencia de Melania”, escribió Maureen Dowd el domingo en The New York Times.
“Lo pretenda o no –prosiguió–, la mujer que se describe como ‘madre a tiempo completo’ realiza un pronunciamiento moderno sobre el papel de la primera dama. Dice: lo hago a mi manera”.
Su manera, de bajo perfil o de vacío de poder en el ala este, incluye otro factor que la hace modernamente original. Ha presentado una demanda judicial en un juzgado neoyorquino en la que reclama 150 millones de dólares al The Daily Mail. El tabloide británico publicó el pasado 20 de agosto que la agencia de modelos en la que Melania trabajó en los años noventa ofrecía, además,
servicio de “acompañamiento”.
La publicación se hizo eco del reportaje de una revista de Eslovenia, país de origen de Melania, que siempre ha negado esa información. La esposa del entonces candidato recurrió el 1 de septiembre a un tribunal de Maryland –esa misma jornada el diario se retractó–, que hace unos días resolvió que el asunto no era de su jurisdicción. Por eso lo intentan de nuevo en Nueva York. Si una persona se ha servido de los tribunales para trampear con su fortuna, ese es Donald Trump.
Lo que más ha hecho saltar las alertas es el razonamiento por el que se solicita la elevada indemnización. Más que a su honor, se daña a su marca. Según el texto legal redactado por los abogados de Melania, aquella calumnia le causa ahora un grave perjuicio en el desarrollo de “una relación de negocios multimillonaria”, cuando dispone de “una oportunidad única en la vida”. La difamación se produce “en unos años en que será una de las mujeres más fotografiadas del mundo”.
Este lenguaje, con una clara alusión a su estancia en la Casa
Justifica la petición millonaria porque la calumnia la menoscaba cuando disfruta “de una ocasión única en la vida”
Blanca, reforzó las críticas por el conflicto de intereses entre el mundo empresarial del magnate y el ejercicio del servicio público del presidente Donald Trump.
A las horas de tomar posesión, la biografía de la primera dama se modificó por las quejas de que se servía de la web oficial para promocionar su línea de joyería.
El bloguero Webster Tapley, que se recreó en lo explicado por el tabloide, aceptó un pacto a cambio de abonar “una sustanciosa suma”, sin especificar.
Y ante el revuelo por la demanda contra el grupo Mail Media, un representante de la primera dama aclaró que ella “no tiene intención de usar su posición en beneficio propio”. Quien sostenga lo contrario, ya se sabe, difundirá una falsedad más de los deshonestos medios. No impidió que ayer el
Times le dedicara un editorial al caso: “Trump y su familia hacen poco por calmar la preocupación de que ven la Casa Blanca como una vaca a la que ordeñar cash”.