Fascinación por Monteverdi
Heras-Casado dirige en Barcelona y Girona una selección de la ‘Selva morale e spirituale’
Pablo Heras-Casado contesta el teléfono y a los pocos segundos se oye el llanto de un bebé de fondo. Hace unos meses ha sido padre de un niño llamado Nicolás con la presentadora Anne Igartiburu. Y si Igartiburu es popular en la televisión, Pablo Heras-Casado (Granada, 1977) está que se sale en el mundo de la música clásica. El año pasado dirigió incluso la Filarmónica de Viena, pero en su espectacular trayectoria se ha puesto ya frente a la Filarmónica y la Staatskapelle de Berlín y ha dirigido en el festival de Salzburgo y en el Met de Nueva York. Y hoy y mañana Heras-Casado, uno de los directores españoles con mayor proyección internacional, dirige a los Balthasar Neumann Chor & Ensemble, de los grupos más destacados en la interpretación con criterios historicistas. Hoy actúan en el Palau de la Música y mañana en el Auditori de Girona y lo hacen con la música de un compositor que fascina desde adolescente al director: Monteverdi, de quien se celebran los 450 años de su nacimiento.
“Este proyecto es algo que llevo buscando hace 20 años, uno de los puntos importantes de mi temporada”, dice Heras-Casado, que recuerda que la de Monteverdi “es una música con la que he crecido, desde que era adolescente me fascinó y tiene mucha culpa de que hoy día me dedique a lo que me dedico”. De hecho para él, que fundó la Capella Exaudi y la Orquesta Barroca de Granada, dirigir este repertorio, reconoce, “es una vuelta a casa, al repertorio en el que empecé tras ser cantante y pertenecer a muchos ensembles”.
En este caso, dirigirá una selección de piezas –16 de las 40– de la Selva morale e spirituale de Monteverdi, una antología de 30 años de música sacra del compositor italiano. “Es uno de los grandes revolucionarios de la historia de la música, igual que se habla en su momento de un Stravinsky, de un Pierre Boulez, o antes de un Beethoven o de un Haydn. Monteverdi es una de las personalidades que más revoluciones en muchos sentidos creó en su tiempo desde todos los puntos de vista, el estético, el técnico, el poético... la primera gran ópera escrita es suya, es el puente entre el final del renacimiento más perfecto y desarrollado y el barroco, el que abre la caja de Pandora y empieza a romper las reglas y buscar otras fronteras en cuanto a la expresividad, la teatralidad, crear vínculos entre las artes en una Venecia que es uno de los lugares más vibrantes del mundo en el diálogo de artistas, el comercio, el cruce de civilizaciones. Los artistas al servicio de la iglesia o de los personajes importantes tenían toda la libertad y era importante para ellos reflejar la modernidad, la extravagancia, la creatividad, la genialidad que se respiraba en cada esquina. Su música refleja todo eso”.
En ese contexto, señala, la Selva morale e spirituale “es el legado artístico, si no el más importante, uno de los más importantes de Monteverdi. Al final de su vida decide hacer esta recopilación de obras religiosas y publicarlo como legado. Dice mucho de cómo de orgulloso y de importante era para él a pesar de que hoy dentro de su producción sea lo que menos se conoce. Es una colección publicada en tres volúmenes, muy extensa, tres horas de música, y presentamos una selección, una primera parte de un proyecto que luego continuará en el tiempo para hacerla completa”. Con la selección actual han querido, explica, “reflejar la variedad de formas y combinaciones de la Selva, donde hay obras para gran ensemble, para solo con cantante y bajo continuo, dúos, tríos, madrigales en lengua italiana, obras en estilo antiguo pero con guiños a la experimentación .... Y obras muy intimistas y otras extremadamente teatrales y enérgicas. En esa época hay mil direcciones posibles”.
Como las que toma Heras-Casado, que dirige música antigua, clásica y también ha sido premiado por dirigir a Stockhausen y fundó un ensemble de música contemporánea. “Me interesa todo. Si algo me interesa, voy a por ello. Me considero músico por encima de especialista o director. Quizá es más habitual hacer un repertorio pero no he querido hacerlo y ahora me considero un privilegiado de poder navegar entre un periodo y otro”, destaca. Y recuerda que “toda la música ha sido contemporánea en su momento y los que hoy quedan como grandes genios, porque en el camino se ha perdido el 90%, son grandes porque tenían algo diferente que decir respecto al estilo predominante, han sido transgresores y contemporáneos de su tiempo. Como hombre de mi tiempo me interesa esa cualidad del que tiene algo nuevo que decir y algo consistente”.
“Es una música que desde adolescente me fascinó y tiene la culpa de que me dedique a lo que me dedico”