El Estado Islámico se ensaña con Palmira.
Moscú difunde un vídeo con los últimos monumentos destruidos
Fuentes rusas señalan que el EI está haciendo acopio de explosivos en el emblemático yacimiento para acelerar su destrucción, antes de que las tropas sirias lo reconquisten.
Cuando el ejército sirio, apoyado por la aviación rusa, expulsó de Palmira al Estado Islámico (EI) en marzo del 2016, parecía que, entre otras cosas, habían salvado la ciudad del genocidio artístico que practicaba el EI. Pero en el fragor de la guerra no pudieron mantenerla y en diciembre volvió a caer en manos del enemigo. Otra vez están a punto de recuperarla, pero Rusia cree que antes de retroceder, los yihadistas intentarán seguir destruyendo los monumentos grecorromanos de esa histórica ciudad.
El Ministerio de Defensa de Rusia cree que el EI está trasladando a Palmira explosivos para destruir lo que queda de la antigua ciudad antes de abandonarla empujados por el avance de las tropas sirias.
Según Moscú, en los últimos días ha aumentado el movimiento de vehículos del EI. “Los drones rusos han detectado un aumento de movimiento de camiones de los terroristas en la zona de la ciudad antigua. Esto indica la intención del EI de transportar explosivos para destruir lo máximo posible los monumentos arquitectónicos que quedan antes de su retirada”, dijo ayer el ministerio en un comunicado difundido por correo electrónico.
La suposición no es descabellada teniendo en cuenta el daño causado por los yihadistas a los monumentos grecorromanos de Palmira cuando la ciudad ha estado en sus manos. A final de enero, la agencia siria SANA informó de que el EI había “destruido la fachada del anfiteatro romano y el tetrápilo: las ruinas de un edificio con cuatro entradas”, que data del año 270 d.C.
El EI usó el anfiteatro como escena para sus ejecuciones públicas al poco de ocupar la ciudad. En agosto del 2015 los extremistas decapitaron en ese lugar a Jaled al Asad, director general de Antigüedades y Museos en Palmira y que se había negado a revelarles la localización de las antigüedades más valiosas.
En mayo el anfiteatro de Palmira se convirtió en un símbolo de la liberación. Para celebrar la reconquista, el Ejército ruso organizó en él un concierto de la orquesta sinfónica del teatro Mariinski de San Petersburgo, que dirigió Valery Gergiev.
Las últimas barbaries contra la historia fueron confirmadas a la agencia Reuters por el director general del departamento de Antigüedades y Museos de Siria, Maamoun Abdulkarim. En las fotos hechas por satélite que él había visto, estaba claro que de las 16 columnas que tenía, al tetrápilo le quedaban cuatro. Según él, la nueva destrucción se produjo entre el 26 de diciembre de 2016 y el 10 de enero de 2017.
El Ministerio de Defensa de Rusia publicó ayer en su canal de YouTube un vídeo que documenta la destrucción de Palmira. El vídeo fue grabado por un dron ruso durante una misión de vigilancia sobre la ciudad de Tadmor, a tres kilómetros de Palmira, y sobre regiones circundantes.
El EI conquistó Palmira por vez primera el 21 de mayo de 2015. Desde ese momento comenzaron a destruir su exclusivo entorno cultural, reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Entre otros, los yihadistas volaron el templo del dios cananeo Baalshamin (cuyos primera obra se cree del siglo II aC.) y el santuario del dios semita Bel, erigido en el año 32 dC. También cayeron bajo sus garras tres tumbas de patricios locales, construidas en el periodo que va entre el año 44 y el año 103 de nuestra era, así como tres antiguas columnas de la ciudad.
En marzo del 2016 el ejército sirio, con apoyo de la aviación rusa, logró expulsar al EI de Palmira. Pero en diciembre los yihadistas lanzaron una ofensiva y volvieron a ocuparla.
Después de casi dos años de destrucción, Palmira podría cambiar de manos otra vez en próximas fechas. Rusia informó ayer de que las tropas sirias se encuentran a menos de 20 kilómetros de la ciudad monumento. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, expresó su deseo de que “tarde o temprano sea posible liberarla de estos a quienes no se puede llamar personas, sino simplemente bárbaros”.