El aprobado de Bruselas
La CE mejora sus previsiones para la eurozona pese a las dudas sobre EE.UU.
La buena evolución de la economía española ha sorprendido a las autoridades comunitarias, que han optado por dar una tregua a Madrid y no pedir al Gobierno más ajustes para garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit.
La buena evolución de la economía española ha sorprendido a las autoridades comunitarias, que ayer optaron por dar una tregua a España y no pedir al gobierno nuevos ajustes para garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit en el 2018. Los fallos en las previsiones de crecimiento anteriores, la marcha atrás de Bruselas en julio cuando amagó con sancionar a España por los incumplimientos pasados y el nuevo contexto político internacional explican el suave tono y el moderado optimismo con que Bruselas presentó ayer sus previsiones económicas de invierno.
“El crecimiento vuelve a sorprender pero emergen señales de desaceleración”, abre el capítulo del informe dedicado a España y presentado ayer en Bruselas por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
“El crecimiento económico ha superado las expectativas en los últimos trimestres y España ha crecido por encima de la media de la zona euro”, prosigue el informe, que vaticina un avance del PIB del 2,3% para el 2017 y del 2,1% para el año próximo.
Bruselas ha empeorado sin embargo ligeramente su previsión sobre el déficit y cree que España, si no hace cambios en su política económica, no cumplirá las metas fiscales pactadas, pero Moscovici no consideró preocupante la evolución ya que la perspectiva es que en el 2018 se sitúe por debajo del umbral del 3%. Hace apenas un mes, cuando Bruselas dio luz verde al borrador de los presupuestos generales para el 2017, esperaba que el déficit cayera este año hasta el 3,3%. Ayer sin embargo añadió dos décimas más a su previsión, un cambio que se arrastra al 2018, cuando podría situarse en el 2,9%, lejos por tanto del objetivo 2,2% que le marcó el Eurogrupo cuando concedió a España una nueva prórroga para sanear las cuentas.
“No tenemos que corregir nuestro análisis” sobre el presupuesto español; “las cosas parecen ir por el buen camino y debo recordar que el crecimiento seguirá siendo sólido en España en el 2017 y el 2018”, afirmó Moscovici preguntado por su revisión de los datos de déficit, que atribuyó a un cierre del 2016 algo peor de lo esperado, y si será necesario que el gobierno de Mariano Rajoy adopte ya medidas de ajuste adicionales para cubrir esa brecha presupuestaria. El comisario no lo ve necesario por ahora. “En el 2018, y este es el año en que España debe cumplir el objetivo, debería estar en el 2,9%, lo que está por debajo del umbral del 3%”, afirmó Moscovici pasando por alto que el com- promiso formal era un ajuste mayor, que dejara el déficit en el 2,2% del PIB.
Bruselas vaticina una desaceleración del crecimiento y de la creación de empleo en el 2018 y señala como mayores riesgos a la baja para la economía española el peso de la deuda pública, que se ha estabilizado en torno al 100% del PIB, y un impacto menor de lo esperado de las últimas reformas fiscales (impuestos especiales, ampliación de las retenciones a las grandes empresas...). Bruselas ha asumido con normalidad que el gobierno de Mariano Rajoy dejará pasar este año sin aprobar un nuevo presupuesto y se centrará en negociar el del próximo años con la oposición.
Por primera vez desde el 2008, la Comisión Europea prevé crecimiento económico en todos los países que forman la zona euro en los tres años que cubren estas previsiones económicas de otoño (2016-2018). A pesar de los “riesgos excepcionales” que pesan sobre la economía europea (Moscovici citó la llegada de Donald Trump al poder, los efectos del Brexit, las elecciones en países clave y el auge de los partidos antieuropeos ), Bruselas ha elevado al alza sus previsiones de crecimiento para este año y el 2018 (1,6% y 1,8%) y revisado a la baja sus vaticinios sobre el paro (9,6% y 9,1%). Una victoria de Marine Le Pen “sería una tragedia para la zona euro y una catástrofe para Francia”, avisó Moscovici.