El papel del vencido
Pablo Iglesias remite al Consejo Ciudadano de Podemos la decisión sobre el futuro de Íñigo Errejón.
CONSEJO DE COORDINACIÓN El consejo ciudadano estudia cerrar la ejecutiva esta misma semana
NUEVO PARTIDO DE COLAU Domènech e Iglesias se reunieron en privado el domingo para abordar su alianza en Catalunya
Pablo Iglesias pretende que Íñigo Errejón siga siendo un activo destacado de Podemos, pero no quiere pronunciarse sobre sus responsabilidades futuras hasta que hable con él y con el recién elegido consejo ciudadano estatal. En realidad, el mensaje de Iglesias respecto a su ex número dos y rival en la asamblea ciudadana estatal de Vistalegre es exacto al que repitió como un mantra antes del congreso de refundación: tendrá seguro un papel relevante, pero su continuidad específica en sus dos actuales cargos –secretario político y portavoz parlamentario– será una decisión de los órganos elegidos en Vistalegre. Y así lo reafirmó ayer, ante la pregunta más repetida desde que se anunciara el resultado del congreso del partido –en el que Iglesias logró un 50% de los apoyos a su lista, frente al 33% de apoyos a Íñigo Errejón, y este quedó relegado en el consejo ciudadano estatal al tercer lugar, adelantado por Pablo Echenique–: ¿Qué va a pasar con Íñigo Errejón?
Las especulaciones sobre posibles purgas internas, en contra de lo anunciado antes y después del cónclave por unos y otros, se dispararon nada más terminar conocerse los resultados, animadas sobre todo por la intensidad de la pugna entre las candidaturas de uno y otro, unas campañas en las que se acusaron de forma mutua y sucesiva de haber rebasado las normas elementales de lealtad que deben regir la relación entre compañeros en varias ocasiones. Unas prácticas que los llevaron a ser reprendidos públicamente por el líder de la corriente anticapitalista.
Alberto Garzón, coordinador de IU, evitó ayer opinar sobre la continuidad de Errejón como portavoz parlamentario de Unidos Podemos, y confió el asunto a lo que decidan los órganos correspondientes de la formación aliada y del grupo, aunque sí envió un recado sobre la necesidad de superar la actual parálisis del trabajo en el Congreso. En cuanto a la secretaría política que venía desempeñando Errejón, es poco probable que esta responsabilidad exista en el nuevo organigrama, toda vez su evidente duplicidad con la secretaría general, lo que por otra parte no significa que Errejón vaya a salir necesariamente de la ejecutiva. La holgada victoria de Iglesias ha sido bien recibida por el secretario general en Catalunya, Albano Dante Fachin. No podía ser de otra manera. Para sorpresa de su organización, Fachin se alineó con el líder estatal en Vistalegre II, cuando antes había orbitado en torno a los anticapitalistas. Ayer reafirmó su apoyo a Iglesias y defendió que su proyecto responde a las demandas del partido en Catalunya. Estas se resumen en una mayor autonomía, un estatus específico dentro de Podemos que les permita actuar con un alto grado de independencia.
Fachin se comprometió a aprovechar todo el margen que ofrece el documento político de Iglesias en este sentido. Para empezar, convocar una asamblea autonómica para ratificar la participación de Podemos Catalunya en el nuevo partido de izquierdas que impulsan la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, junto a ICV, EUiA y BComú.
El líder catalán de Podemos quiere que los inscritos acaben de decidir si la formación morada se implica de lleno en este proyecto. Este objetivo contrasta con la marcha de los acontecimientos. La integración en el partido de Colau está bendecida por la dirección estatal, aunque quedan por concretar los términos.
Los comunes están tranquilos en este sentido y la victoria de Iglesias no ha alterado sus expectativas sobre la construcción del nuevo partido. El resultado de Vistalegre, aseguran desde la confluencia, da continuidad a los planes ya fijados. Un compromiso que se reafirmó el mismo domingo en una reunión mantenida por Iglesias y Domènech tras la reelección del primero como secretario general de Podemos. En el encuentro privado, de una media hora, se abordaron algunos puntos sobre el nuevo partido y las fechas de su puesta en marcha.