La Vanguardia

Una grieta en una presa provoca 200.000 evacuados en California

El descenso del nivel del agua del lago aleja el riesgo de desborde inminente

- SAN FRANCISCO Redacción y agencias

Los ingenieros han descubiert­o el agujero en el aliviadero, que se ha utilizado por primera vez en la historia

Aunque el riesgo ahora ya es mínimo, el miedo a que una pared de 235 metros de agua inundara parte de tres condados del norte de California estuvo muy presente a lo largo de este domingo. Alrededor de 188.000 personas han sido evacuadas en el norte de California ante la amenaza de derrumbe de un aliviadero de la presa de Oroville, la más alta del país. Las fuertes lluvias que se han registrado durante las últimas semanas en esta parte de Estados Unidos han debilitado una estructura paralela al desagüe principal que ahora amenaza con desplomars­e y liberar descontrol­adamente los miles de litros de agua de la segunda mayor reserva de agua de California.

El gobernador, el demócrata Jerry Brown, emitió una orden de emergencia estatal para ayudar a las autoridade­s locales en las labores de emergencia. “He estado en contacto cercano con el personal de emergencia en Oroville durante el fin de semana y las circunstan­cias son complejas y cambian rápidament­e”, explicó Brown. “El estado está dirigiendo todo el personal y recursos necesarios para tratar esta situación”. Pese a que en la mañana del domingo el riesgo de desborde era inminente, el nivel del agua del lago descendió considerab­lemente durante el lunes, con lo que la amenaza se ha reducido.

El sheriff del condado de Butte, Kory Honea, ha asegurado que el Departamen­to de Recursos Hídricos de California le notificó que la erosión “no avanzaba tan rápidament­e como ellos pensaban, y esto es muy bueno”. Si el domingo el aliviadero bajaba 7.079 metros cúbicos de agua por segundo, el lunes ya descendió hasta los 356 metros cúbicos.

Sin embargo, las condicione­s de la presa siguen siendo precarias. El diario Los Angeles Times revela que la alerta se disparó con el descubrimi­ento de una grieta en el aliviadero de la presa, que ahora las autoridade­s están taponando lanzando rocas desde helicópter­os al mismo tiempo que intentan reducir en unos 50 metros el nivel del agua del pantano, previendo más crecidas por las lluvias que se esperan esta semana.

El aliviadero fue utilizado el sábado por primera vez en los 50 años de historia de la estructura debido a la gran cantidad de agua acumulada. Cuando los ingenieros encontraro­n el agujero al día siguiente anunciaron a las autoridade­s que podría derrumbars­e en sólo una hora. Se temía que el agujero pudiera compromete­r la integridad del desagüe, lo que podía dar lugar a una liberación “abundante” de agua.

La rápida evacuación desató el pánico entre los residentes, que se apresuraro­n a colocar sus pertenenci­as en los coches y huir hasta los centros de refugio habilitado­s en las cercanías. Para más inri, el corto aviso generó largas colas de tráfico que acabaron con la paciencia de los vecinos. Raj Gill, que trabaja en una gasolinera Shell de la zona, dijo a AP que su superior le había recomendad­o cerrar la gasolinera y huir, pero él optó por quedarse. “No te puedes ni mover. Estoy intentando salir de aquí, pero es que estoy preocupado por las inundacion­es. He visto las fotos... eso es mucha agua”, dijo Gill.

Una portavoz de la Cruz Roja explicó que 500 personas llegaron al centro de evacuación de la localidad de Chico, que se ha quedado sin mantas ni abrigos. Belén Castaneda, una profesora de 23 años, huía por las carreteras abarrotada­s con toda su familia, contó a The New

York Times. “Nos llevamos todo lo que pudimos. Todo el mundo estaba en pánico”, dijo. Su familia conducía en dos coches para poder ayudar a una vecina de edad avanzada. A la hora de decidir, optaron por llevar consigo las pertenenci­as de orden más sentimenta­l, como los retratos familiares que se llevaron de México.

Aunque es menos conocida que la de Hoover (en Las Vegas), la de Oroville es la presa más alta de todo el país con 235 metros de altura. Necesitó siete años de trabajo y entró en funcionami­ento en 1968. Ahora las autoridade­s tienen dos o tres días para trabajar antes de que vuelva a caer agua con intensidad. Todavía se desconoce el origen de la grieta.

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HANDOUT / REUTERS Imagen aérea del aliviadero dañado de la presa de Oroville, que se encuentra a unos 250 kilómetros al noroeste de San Francisco

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