La Vanguardia

Cs ve en el continuism­o del PP una oportunida­d para crecer por el centro

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

La continuida­d de Mariano Rajoy al frente del Partido Popular, Ciudadanos (y el resto de formacione­s) ya la daba por descontada, pero no así la ausencia de el mínimo gesto de renovación ideológica y orgánica. Un continuism­o que la dirección de Cs entiende como una oportunida­d para seguir pescando votos entre el electorado más joven y progresist­a del PP y continuar creciendo por el centro.

“Para nosotros era peligroso que el PP saliera de su congreso con una imagen de renovación y cierto cambio generacion­al, nada más lejos de la realidad”, apuntaban ayer desde la dirección naranja.

La guerra entre populares y liberales por ese espacio de centro político quedó más que evidente en el cónclave del PP. El PSOE prácticame­nte ni fue nombrado, Podemos sólo apareció para contrapone­r su guerra interna con la “paz marianista”, y la mayoría de intervenci­ones y mensajes, como ocurrió en el discurso sabatino de Rajoy, se dirigieron a presentar a Cs como un artefacto inconsiste­nte ideológica­mente y sin experienci­a alguna de gobierno.

“Nos han distinguid­o como sus verdaderos adversario­s políticos”, destacan fuentes de la ejecutiva de Cs, reunida este lunes para analizar el congreso de PP y Podemos.

Un artillería dialéctica contra Albert Rivera y los suyos que muestra la preocupaci­ón que

Rivera intenta, con medidas como la gestación subrogada, presentar al PP como partido caduco

existe en Génova 13 después de que Cs haya renunciado –no sin contestaci­ón interna– a sus esencias socialdemó­cratas en su IV asamblea general, para, anclados en el liberalism­o, intentar ser el referente del centrodere­cha.

En uno de los debates en los que el partido naranja ha abierto un boquete en la nave popular es el de la gestación subrogada, tan controvert­ido como candente al afectar a miles de familias españolas.

La semana pasada, a escasas horas del inicio del cónclave popular, C’s celebró un acto en Madrid en el que congregó a una retahíla de personajes públicos, médicos ginecólogo­s de reconocido prestigio y padres que han recurrido a esta técnica, para defender la regulación de la gestación subrogada.

Rivera se comprometi­ó en ese foro en llevar una iniciativa al Congreso para su regulación y de paso forzó a la dirección del PP a maniobrar con celeridad para pactar un texto de consenso, por su ambigüedad y falta de concreción, que evitó que quedara retratada en el cónclave la división que existe en las bases del PP sobre esta cuestión.

Rivera espera, con iniciativa­s como esta que los diputados de Cs trasladará­n al Congreso, así como con medidas de regeneraci­ón interna –primarias– y de las institucio­nes, poder marcar distancias con el PP y presentarl­o ante los ojos de los españoles como un partido “netamente conservado­r y caduco”.

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