Cambio de sillas
RAC1 celebra el día de la Radio poniéndose patas arriba, con cameos de Puigdemont y Colau incluidos
RAC1 hace cuatro años que se pone patas arriba para celebrar el día mundial de la Radio. Habíamos escuchado a Buenafuente o Bassas presentando El món, Jordi Évole haciendo el
Versió RAC1 o Carles Cuní volviendo a las ondas veinte años después. Y cuando pensábamos que ya lo habíamos oído todo, RAC1 nos volvió a dejar boquiabiertos. Carles Puigdemont fue, por un día, colaborador de
Islàndia, la república de la radio cálida. Se puso algo nervioso al saber que su despacho en la Generalitat también había sido ocupado... por Albert Om, que plantó una bandera islandesa y explicó a los oyentes, con la ayuda del mismo presidente, lo que iba encontrando en su mesa. Entre otras cosas, unos gigantes de Amer tallados en madera y una figura del 3 de 10 de los Castellers de Vilafranca. Se habían intercambiado las sillas.
Fue uno de los grandes momentos del día, pero no el único. Ada Colau apareció en El món a RAC1 para hacer
El tuit de la tertulia. Ocupaba el lugar de Nacho de Sanahuja, que en aquel momento hacía de presentador y osó reprochar a la alcaldesa la brevedad de su intervención. Ella no dudó en responder, perspicaz, que la suya era “una colaboración altruista”. Memorable e histórico momento de radio. Como la intervención del señor Casamajor sobre las ocho y media de la mañana, pactada minutos antes. Es uno de los secretos del éxito de la jornada, meses de planificación mezclados con el punto justo de improvisación.
Jordi Basté, de buena mañana, se atrevió a cantar Imagine. Glòria Serra, Olga Viza y Àngel Llàcer pilotaron diferentes momentos de su programa. Mohamed de La competència aprovechó la visita de Pilar Rahola para regalarle, con sorna, un pañuelo palestino. Peyu, Elisenda Camps y Laura Rosel fueron las primeras espadas de La segona hora. Saperas dejó por un día el Barcelona para hablar de las declaraciones de Rajoy sobre el proceso en el 14/15. Quim Morales hizo de míster en el Segon toc. Vador Lladó puso un poco de fricandó al Tot
és posible acompañado de su equipo. Y a las 4 de la tarde Risto Mejide cambió el sofá de Chester por la silla del estudio 1 y capitaneó la primera hora del Versió, quejándose porque el equipo le había pisado la sintonía. El cuarteto Xavi Bundó, Sergi Pàmies, Quim Monzó y Jordi Beltran dirigió la antena de 5 a 6 de la tarde. Y Basté, para acabar el programa, se encontró con una sorpresa: el druida Josep Lluís Nuag hizo un ritual para invocar a Taranís y llevar la buena salud a RAC1.
Joan Maria Pou fue telonero de Puigdemont en Islàndia, donde Jordi Armenteras se ocupó de La xifra Xinxó e hizo adivinar a los oyentes cuántas voces habían sonado en RAC1 hasta las 7 de la tarde: 404. Tian Riba, Pere Mas y Raül Llimós robaron el asiento a Pou liderando el No ho sé y recordaron viejos tiempos recuperando a Toni Comín como tertuliano. En el Tu diràs, Eduard Boet y Pilar Calvo entrevistaron a José Mari Bakero y Albert Om condujo la tertulia previa al Paris Saint Germain-Barça. Eduard Pujol, director de RAC1, fue encargado de escoger la canción para ir a dormir: Senza Fine versionada por Gianni Morandi y Paola Cortellesi.
Todo el mundo juega en esta gran locura. Xavi Alujas, técnico de sonido, Toni Lladó, diseñador gráfico, o Marta Massip, recepcionista de la casa, hicieron boletines. Sònia Rivera, encargada de la limpieza en el turno matinal, despertó a toda Catalunya anunciando que ya eran las 7 con un optimismo envidiable. “Cada año recibíamos un correo de la Asociación Española de Radio Comercial, pidiéndonos que hiciéramos mención del día mundial de la Radio. Se tenía que pasar por el filtro de RAC1. Teníamos que practicar los adjetivos jóvenes y gamberros, que nos definen” , explica el director. Todas las burradas de estos locos romanos están recogidas y ordenadas en la nueva web, rac1.cat, que refleja cada día este fascinante delirio de la planta 15.