De la Serna estima “casi imposible” un acuerdo sobre las autopistas
Las autopistas en quiebra se dirigen inexorablemente a la liquidación. El Ministerio de Fomento ve extremadamente difícil una salida distinta, según dijo ayer su titular, Íñigo de la Serna. “Desde el principio dijimos que el acuerdo era muy difícil y, en este momento, ya estamos en la fase de que es casi imposible”, reconoció el ministro ayer en Radio Nacional.
Así las cosas, si no hay convenio con los acreedores, los activos retornarían al Estado y se activarían los mecanismos de compensación previstos en los contratos; esto es, la responsabilidad patrimonial de la administración (RPA), que es el valor pendiente de amortizar y que, en teoría, se debería pagarlo a las sociedades concesionarias en liquidación. Esta obligación supondría un fuerte desembolso por parte del erario público y el Gobierno intenta evitarlo a toda costa. La patronal Seopan estima que asciende a 5.700 millones de euros, cifra que el Ejecutivo prevé mucho menor.
Según explicó De la Serna, con el eventual acuerdo con los acreedores de las vías se pretendía que este rescate de las autopistas tuviera lugar en “unos términos beneficiosos para la Administración General del Estado”; esto es, que permitiera que el importe que abonar por el Estado fuera inferior al que se fijara por la RPA, que con toda segurique, dad se determinará en un proceso judicial. “Si el acuerdo se sitúa por debajo de las expectativas de lo que puede ser esa RPA, estamos dispuestos a él, pero de momento no hemos conseguido ningún avance, cosa que ya sabíamos, porque era muy difícil”, detalló el ministro. “Así que seguimos con la hoja de ruta que teníamos para facilitar en el momento en que se liquiden las actuales concesiones de las autopistas, las vías puedan seguir en servicio”, añadió.
La dificultad de pactar una solución negociada con los acreedores de las autopistas reside en que los bancos han ido vendiendo la deuda que tenían en estas infraestructuras a fondos buitre. Fomento tiene claro que deberá asumir paulatinamente las vías y atender el pago de la deuda con los ingresos que produzca el pago del peaje. No obstante, este rescate coincide con la mejora en los tráficos de los últimos meses. Su caída durante la crisis constituyó una de las causas de su quiebra junto con los sobrecostes de las expropiaciones.
El Gobierno busca una salida pactada in extremis que evite pagar una multimillonaria RPA