Trump se defiende con evasivas mientras arrecia la crisis por sus amistades rusas
Asesores del presidente mantuvieron fluidas relaciones con Moscú antes de las elecciones
Lejos de poner fin al escándalo de las relaciones peligrosas entre el entorno de Donald Trump y la inteligencia rusa, la renuncia de Michael Flynn, consejero de Seguridad Nacional, no ha hecho más que agravarlo. Como ya es habitual, Trump culpó ayer a la prensa y a sus propios servicios de inteligencia.
La punta del iceberg tiene nombre. Se llama Michael Flynn.
La crisis abierta por la estrecha relación entre la nueva administración de Washington y Moscú no se cierra con la renuncia forzada del consejero de Seguridad Nacional sólo 24 días después de tomar posesión de un cargo clave.
Por debajo se atisba un gigantesco bloque de hielo que de fundirse, en este periodo de calentamiento político, amenaza con remover los cimientos del Gobierno de Estados Unidos. El presidente Donald Trump continúa sin dar una respuesta que despeje las sospechas sobre sus amistades e intereses personales con Rusia, o los presuntos e intensos contactos que los responsables de su campaña mantuvieron con los servicios oficiales de ese país.
El desmentido que a él no se le escuchó llegó desde el Kremlin. Él hizo ayer caso omiso a los requerimientos. Su explicación no va más allá de culpar a los “medios deshonestos” y, aún peor, a los servicios de inteligencia que están bajo su mando por hacer “filtraciones ilegales”. Pero no entra en el meollo del asunto.
Ya no se trata sólo de que legisladores de los dos partidos –“¿Actuó Flynn solo o seguía directrices de alguien?”, cuestionó el senador republicano Lindsay Graham– coinciden en que se investigue el contenido de las conversaciones telefónicas entre el exasesor y el embajador ruso, Serguéi Kisliak. Aún hay más.
Las iniciativas trascienden ese marco tras desvelarse que los servicios de seguridad estadounidense interceptaron llamadas en las que se certifica que miembros del equipo de campaña de Trump y otros relevantes colaboradores del magnate mantuvieron constantes comunicaciones con responsables de la inteligencia rusa.
Sucedió los meses previos a las elecciones del 8-N. Según fuentes periodísticas, el hallazgo de estos intercambios se produjo casi al mismo tiempo en que los investigadores descubrieron evidencias de que Rusia trataba de interferir en el proceso electoral con el pirateo al Partido Demócrata y a un asesor de Hillary Clinton.
Los agentes al frente de las pesquisas trataron entonces de concretar si la campaña de Trump conspiró con los mandatarios de Moscú en la operación de pirateo a los progresistas y así influir en el resultado final en las urnas. En este supuesto, sería un nuevo caso Watergate, un robo de documentos bien dirigido, aunque en época de telecomunicaciones.
En principio no habrían dado con pruebas que demostraran esa confabulación, señaló The New
York Times, que fue el primero en adelantar esta noticia. Sin embargo, se alzaron y siguen ahí las banderas de alerta, en buena medida por la gran extensión y profusión de los contactos mientras Trump habla de manera elogiosa de su homólogo Vladímir Putin.
No hay que olvidar que en el verano del 2016, el candidato republicano animó a los rusos a entrar en el correo de su rival y a que robasen los 33.000 correos desaparecidos de su cuenta cuando ejercía como secretaria de Estado.
El presidente electo Trump y el entonces presidente Obama fueron ilustrados respecto a esa intercomunicación de los funcionarios rusos y personas vinculadas al equipo del republicano y de sus negocios, sostuvo la CNN.
A esta documentación se suma la que también recibieron ambos de manos del FBI respecto a un informe elaborado por un espía británico en el que se describiría que Rusia dispone de pruebas para chantajear a Trump.
El anfitrión compareció ayer en la Casa Blanca acompañado por el primer ministro de Israel, Beniamin Netanyahu. A diferencia de lo que ocurrió el lunes con el canadiense Justin Trudeau, en esta ocasión sí hubo una pregunta sobre Michael Flynn.
“Un hombre maravilloso”, afirmó Trump del asesor caído en desgracia. “Pienso que ha sido injusto lo que ha sucedido con el general Flynn, la manera en que se le ha tratado, muy mal, y todos esos documentos y papeles que fueron ilegalmente filtrados, esto es un acto criminal que se hace para cubrir la terrible derrota de Hillary Clinton”, enfatizó.
¿Si ha sido tratado de forma tan injusta, si es un caso de noticias
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