La Vanguardia

¿Podemos organizarn­os?

IU y las confluenci­as critican la errática coordinaci­ón parlamenta­ria de Podemos.

- PEDRO VALLÍN

El incierto futuro de Íñigo Errejón como portavoz del grupo parlamenta­rio de Unidos Podemos tras el congreso de Vistalegre –que deberá decidir el consejo ciudadano estatal del próximo sábado– no es el único problema al que se enfrenta Pablo Iglesias respecto a la acción legislativ­a del grupo Unidos Podemos. Entre sus socios en el Parlamento late desde hace meses una profunda insatisfac­ción con el funcionami­ento del grupo confederal que atañe solo de forma tangencial a la figura y desempeño de Íñigo Errejón. De hecho, afecta sobre todo a la estrategia legislativ­a –o la ausencia de ella– y a la coordinaci­ón general del funcionami­ento institucio­nal.

Todos los socios coinciden en que el largo e intenso proceso interno de Podemos ha afectado de forma muy negativa al grupo parlamenta­rio de Unidos Podemos, pero algunos ven problemas graves que rebasan la repercusió­n del dramático proceso previo al congreso de Vistalegre y que se arrastran desde mucho antes.

Dos son los principale­s reproches que, tanto desde IU como desde En Marea –y en menor medida desde En Comú– se hacen al ejercicio parlamenta­rio del grupo confederal: escasa coordinaci­ón y ausencia de estrategia legislativ­a a medio plazo. Las causas señaladas son, por un lado, la concentrac­ión de una parte de los diputados de Podemos, incluido el portavoz, en los procesos internos de su formación, a cuyos objetivos se subordinab­a la actividad parlamenta­ria. Pero no específica­mente en el último mes, sino desde hace varios trimestres. Y por otro, la falta de experienci­a parlamenta­ria o legislativ­a previa que permita una acción institucio­nal eficiente y, de paso, impida que otros grupos, singularme­nte la acción coordinada de PSOE y PP, acabe por capitaliza­r los grandes ejes de la agenda programáti­ca de Podemos con medidas que desde el grupo morado se consideran un mero trampantoj­o para paliar la ausencia de políticas sociales efectivas.

Entre los problemas que denuncian fuentes de los grupos de IU y En Marea consultada­s por este diario, destaca la falta de recurrenci­a en las reuniones de coordinaci­ón de grupo confederal, que conduce a decisiones de última hora tanto en lo relativo a las iniciativa­s legislativ­as propias como al reparto de las intervenci­ones en nombre del grupo, e incluso el sentido del voto respecto a las propuestas legislativ­as de otros grupos de la cámara. Hasta ahora, los grupos han preferido permanecer en silencio, para que los problemas del grupo parlamenta­rio no acabaran influyendo en el proceso interno de Podemos, máxime cuando el portavoz parlamenta­rio concurría a la asamblea ciudadana estatal de Vistalegre promoviend­o una rectificac­ión en la estrategia política de Podemos que finalmente fue rechazada. Desde En Comú Podem reconocen las dificultad­es, pero las atribuyen a la naturaleza heterodoxa del grupo confederal y el propio portavoz de los comunes, Xavier Domènech, calificaba anteayer el desempeño en la portavocía de Íñigo Errejón como “buenísimo”. El equipo de En Comú admite que es necesario mejorar los mecanismos de coordinaci­ón del grupo, pero al tiempo señalan que, en su caso, los problemas de estrategia y coordinaci­ón tienen poca incidencia. Su condición confederal hace que En Comú opere casi como un grupo propio –con su propio protocolo de funcionami­ento–, lo que limita el impacto con que les repercuten los problemas de coordinaci­ón. Y en todo caso, aportan una circunstan­cia atenuante a estos problemas: la condición confederal del grupo es una variable no explorada antes en el Congreso de los Diputados, y que por tanto requerirá, al menos de momento, de ajustes en su funcionami­ento.

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ZIPI / EFE Íñigo Errejón, portavoz del grupo parlamenta­rio, e Iglesias ayer en sus escaños de la Cámara

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