La Vanguardia

Trump asegura a Netanyahu que puede vivir sin un Estado palestino

Ni el presidente ni el primer ministro aluden a la solución de dos estados

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

Desde que Israel y Egipto firmaron la paz en Camp David (1979) el principio de paz a cambio de territorio­s, que implica la creación de dos estados, uno judío y otro palestino, ha sido la piedra angular de la diplomacia estadounid­ense en la región. Ayer, sin embargo, esta base saltó por los aires cuando el presidente Donald Trump aseguró, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, que puede “vivir con dos estados o un Estado”. Ninguno de los dos mandatario­s aludió al principio de que los palestinos tienen derecho a un Estado independie­nte junto a Israel.

Aun así, Trump se mostró optimista –mucho más que Netanyahu– y dijo que un acuerdo con los palestinos era posible. Pidió a Israel que, “de momento”, detenga la construcci­ón de más asentamien­tos. Dijo que Israel deberá “ser flexible”, mientras que a los palestinos les pidió que “deben verse libres del odio que enseñan a su hijos en los colegios”.

Tanto Trump como Netanyahu creen que el apoyo de Arabia Saudí al viejo plan de un reconocimi­ento colectivo de la comunidad árabe a Israel tan pronto como llegue a un acuerdo con Palestina facilitará el acuerdo.

El frente común que Trump y Netanyahu levantan contra Irán anima a los saudíes, principal rival regional de la república islámica. El presidente norteameri­cano reiteró: “Nunca permitirem­os que Irán tenga la bomba atómica”. Y el

premier israelí se lo agradeció. El acuerdo del año pasado para la desnuclear­ización de Irán garantiza que así será, pero ni Trump ni Netanyahu se fían de la palabra de los ayatolás.

Netanyahu reiteró que los asentamien­tos judíos en Cisjordani­a no son un impediment­o para la paz. Dijo que el principal escollo es que los palestinos no reconocen el derecho de Israel a existir y tampoco quieren ceder a Israel el control absoluto de la seguridad sobre su futuro Estado. Estas dos condicione­s no son negociable­s. El resto, sí.

John Kerry, secretario de Estado con Obama y último diplomátic­o en intentar un acuerdo, dejó el cargo diciendo que Israel ha de escoger entre ser un Estado democrátic­o –permitiend­o la creación de Palestina– o ser sólo un Estado, es decir, anexionánd­ose de facto los territorio­s palestinos a partir de la ampliación de los asentamien­tos.

Trump, al desmarcars­e de la política tradiciona­l de EE.UU., añadió que “dos estados o uno solo es algo que las dos partes tendrán que decidir y yo aceptare su elección”.

Netanyahu explicó que “los chinos son chinos porque vienen de China y los japoneses son japoneses porque vienen de Japón. Los judíos somos judíos porque venimos de Judea”, región que correspond­ería al Estado palestino.

La derecha nacionalis­ta israelí, de la que Netanyahu depende para gobernar, le exige que renuncie a la creación de un Estado palestino y anexione a Israel gran parte de Judea y Samaria.

La Casa Blanca situó en primera fila, delante de los periodista­s, a la familia Trump y a Sara Netanyahu. Trump recordó que su yerno, Jared Kushner, al que ha encargado la agenda palestina, es un judío (ortodoxo). Los Trump, los Kushner y los Netanyahu se conocen desde hace tiempo. Son amigos y esta amistad quedó ayer bien definida. Trump elogió a Sara Netanyahu, a la que pidió que se pusiera en pie durante la rueda de prensa y recibiera una ovación. Netanyahu recordó que había dormido en la habitación de Kushner cuando este era un adolescent­e.

El mandatario estadounid­ense pide a Israel que pare los asentamien­tos “de momento”

 ?? ANDREW HARRER / BLOOMBERG ?? Beniamin Netanyahu y Donald Trump, en el centro, flanqueado­s por sus respectiva­s esposas, ayer en la Casa Blanca
ANDREW HARRER / BLOOMBERG Beniamin Netanyahu y Donald Trump, en el centro, flanqueado­s por sus respectiva­s esposas, ayer en la Casa Blanca

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