El presidente escondió a Pence durante 14 días la mentira de Flynn
falsas, ¿por qué ha echado a Flynn?”, se preguntó el congresista demócrata Adam Smith.
Es el mismo interrogante que se formularon muchos. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aclaró el martes que el presidente perdió su confianza en su estratega por dar una información incompleta al vicepresidente Mike Pence sobre sus charlas con el diplomático ruso. Pence se sintió traicionado, ya que incluso había salido a defender que Flynn no había hablado con el embajador de las sanciones que Obama había impuesto a Moscú por el pirateo.
Del relato del portavoz se deduce la evidente falsedad de Trump. El presidente contestó el pasado viernes a los reporteros que no sabía nada. Pero Spicer reconoció que el Departamento de Justicia les informó el 26 de enero de que Flynn, al que el FBI había interrogado, podía ser víctima de la extorsión rusa debido al contenido real de esas llamadas, que fueron grabadas.
A la vista del caos de la gestión, hay analistas que apuestan por dar más protagonismo a Pence, un político curtido. Otros observan, sin embargo, la difícil posición de Pence, ninguneado durante 14 días, los que Trump le ocultó la mentira de Flynn.
Una vez que Netanyahu hizo un encendido elogio de su anfitrión, Trump aprovechó para dar por terminada la comparencia. Aún se escuchó una pregunta –“¿Puede aclarar los contactos de su campaña con Rusia?”– que quedó desatendida.
En su cuenta de Twitter había dejado unas opiniones: “La conexión con Rusia carece de sentido y sólo pretende cubrir los errores de la perdedora Hillary Clinton”. Y matizó: “El verdadero escándalo son las filtraciones de información clasificada por la comunidad de inteligencia (¿NSA, FBI?), que se reparten como caramelos”.
Los demócratas calificaron de “escalofriantes” los contactos de la campaña de Trump y Rusia. “No se debe enfrentar un partido al otro, sino todos juntos buscar la verdad”, se lee en el comunicado en que los demócratas piden una investigación independiente.
Muchos republicanos se muestran partidarios de investigar en las comisiones por áreas ya existentes. No es el caso del senador John McCain, que se alinea con sus contrincantes.Y luego están los conservadores que no quieren remover nada: “¡Qué es eso de republicanos contra republicanos, debemos acabar con el Obamacare!”, exclamó el senador Rand Paul. Otros, como el congresista Steve King, reclamaron una comisión, pero para investigar “las filtraciones criminales”.