La rueda de prensa
La última perla: un exministro del PP y ex más cosas que asegura que en Catalunya hay muchos fascistas, refiriéndose, por supuesto, a los soberanistas, esa especie de trogloditas eficazmente vapuleada por el TC. Lo dice bien pertrechado por acólitos, en un acto de una ruidosa entidad, nacida cual seta milagrosa, que mueve poca gente, pero muchos recursos, verbigracia de la gracia del Estado para con la servitud. Y así, como quien no quiere la cosa, el ritual de llamar fascista o nazi a líderes y ciudadanos que aspiran a la independencia se ha repetido con alegría torera y boca de notable, en general con más boca que notabilidad. Total, si lo han espetado desde tribunas ministeriales no quedará fuera un Piqué cualquiera, felizmente blindado por la recurrente impunidad. En la tierra donde un ministro afina fiscales, un exministro puede injuriar a miles de personas.
En el entretanto, la Fiscalía vuelve a cantar un aria. Dice la señora fiscal jefa que ha temido por su vida a causa del soberanismo y por ello, porque ha temido por su vida, ha hecho una rueda de prensa, que es la manera lógica con la que se defiende una fiscal cuando teme por su vida. Asegura que algún botarate la ha llamado “fascista” y que, viendo la figura de un temible almogávar acercándose, sin nada en las manos, pero con la lengua suelta, ha creído que peligraba su integridad física. Es entonces cuando ha podido escuchar la temible amenaza –“tú eres la Fiscalía, tú nos condenas por poner las urnas, ¡qué vergüenza!”–, y Catalunya entera se ha estremecido. Hacía mucho que no se escuchaba una amenaza tan aterradora. Y asustados ante tal riesgo, Catalunya en masa se ha volcado a las imágenes de televisión donde se podía observar el arriesgado momento sufrido. Aunque ha sido curioso porque a pesar de las huestes bárbaras y los gritos de terror y el tipo de las urnas, la señora fiscal se paseaba tranquila, mirando fijamente a la turba cual dama rutilante y altiva, cigarrillo en mano, protagonizando un “fumando espero” en versión cabellera Tous. Es cierto que cada cual reacciona a su manera ante el miedo a la muerte, pero lo de la señora Magaldi ha sido de nota. ¡Qué donaire, qué altiva valentía, qué cigarrillo seductor! En la calle, el humo del tabaco danzando tranquilamente ante la gente, en la rueda de prensa, el tembleque y el miedo, el pavor…, deliciosa dualidad, poética doble personalidad.
La pregunta, en este punto, es obligada. Si todo fue tan pavoroso, ¿por qué hace una rueda de prensa en lugar de poner una denuncia? Será por lo mismo por lo que el fiscal Sánchez-Ulled estuvo dos horas haciendo política en su alegato nada político, y en castellano puro, no fuera caso que no lo entendieran en el reino. A veces parece que estos fiscales estén usando el soberanismo para hacer puntos allende el puente aéreo.
Pero será que no, ¡quién podría imaginar algo así! Y menos, cigarrillo en mano.