Los callados hablan en Blanquerna
Vivo en un país enfermo”. Con esta rotunda frase arranca la novela El
sanatorio (ED Libros), de la barcelonesa Nuria Amat. La obra, que pese a ser de ficción se publica en una colección de ensayo por su fuerte conexión con la actualidad, se presentó ayer en Madrid. Hicieron la glosa los periodistas José Antonio Zarzalejos y José Andrés Rojo, y también arropó a la autora el jurista Francesc de Carreras, en su caso como notorio asistente .
Los protagonistas de El sanatorio son –se indica enseguida en el libro– los “callados” o silentes víctimas de los excesos de nacionalismos y populismos. Aunque no se mencione, Catalunya es el escenario implícito pero evidente de lo que ahí se dice, se denuncia y se lamenta (aunque sea extensible a los Estados Unidos de Donald Trump, la Francia de la pujante Marine Le Pen o el Reino Unido del Brexit). Y, sin embargo, la presentación tuvo lugar en la librería Blanquerna, centro cultural de la Delegació del Govern en Madrid y por tanto en territorio en teoría hostil para toda militancia antinacionalista.
El acto fue discreto, eso sí, con asistencia de apenas una docena de cronistas culturales y sin público. En las primeras intervenciones, a cargo de Rojo y del editor de ED Libros, Fèlix Riera, el meollo de la cuestión se trató con suma prudencia; en clave académica, tal vez diplomática en atención a los anfitriones. Y sin alusiones muy directas al conflicto en torno al procés.
Hasta que llegó el turno de Zarzalejos, colaborador de este diario y poco amigo de la radicalidad identitaria al margen de dónde pueda manifestarse: en su tierra, el País Vasco –de donde dijo ayer que no se fue por gusto sino como parte de una “diáspora”– en el Madrid de la nostalgia centralista o en Catalunya.
“Estamos rehuyendo el núcleo de la cuestión”, declaró el escritor bilbaíno después de las cautelosas intervenciones de los otros presentadores. “Este libro –continuó– es un desgarrador grito de angustia cuando ya las cosas han ido muy lejos en Catalunya”. La novela debería considerarse como “una advertencia” de quien gozaba de la vida en “un país cosmopolita que se ha convertido en un espacio de sanatorio”: el de unos “enfermos inoculados por el virus de patrio”, afirmó. “Ojo al parche, que lo que parece controlado puede descontrolarse”.
Amat bendijo la interpretación de Zarzalejos y se definió a sí misma como una “mosca cojonera de la literatura” en Catalunya. Señaló que su libro nace de “una situación de soledad” de los catalanes “callados”, que sufren “el abandono y la incomprensión involuntaria” de los españoles. Y matizó que ahora mismo la presión del nacionalismo y el independentismo “ha bajado un poco” en relación con la que se notaba hace dos o tres años.
Riera juzgó “un buen síntoma” que la presentación hubiera podido celebrarse en Blanquerna. Agregó que el actual responsable de la entidad, Ferran Mascarell, siempre le ha tratado bien. Y los representantes del centro que recibieron a los participantes subrayaron la “normalidad” con que hay que tomarse estas cosas. “Pluralismo y diálogo”, defendieron. Y cumplieron.
Nuria Amat presenta en la Delegació del Govern en Madrid ‘El sanatorio’: una denuncia de los excesos nacionalistas