La Vanguardia

El Madrid no acaba el trabajo

Los blancos cobran buena ventaja pero dejaron escapar vivo a un Nápoles muy tocado

- CARLOS NOVO

El Madrid se quedó a un paso de cerrar la eliminator­ia tras ser muy superior al Nápoles, al que superó 3-1 pese a haberse puesto en desventaja a las primeras de cambio. Sólo el desacierto en el remate de los de Zidane impidieron la hecatombe del equipo de Sarri, que llega a San Paolo dentro de tres semanas con un hálito de vida. El Madrid necesitará marcar en Italia si no quiere vivir con el alma en vilo.

La noche no pudo empezar peor para el Madrid, pese a que su puesta en escena fue muy buena, intimidant­e. Sin embargo, de la manera más inopinada recibió un gol en los primeros minutos, en la primera vez que el Nápoles cruzó la divisoria. El gol vino en una cantada monumental de Keylor Navas, que volvió a las andadas en el peor momento.

Si el objetivo prioritari­o del equipo de Zidane era no encajar ningún gol, todo se fue al traste tan pronto que el Madrid hubo de poner en práctica un plan B. Después de tantas dudas como llegó al partido no jugó nada mal el Madrid, al que si algo le falló fue precisamen­te lo que le suele sobrar: pegada. Tres ocasiones clarísimas marró en la primera parte y otras tantas en la segunda que de entrar hubieran sentenciad­o los octavos de final.

El Nápoles fue más o menos lo esperado. El equipo de Sarri tiene sobre todo transicion­es muy rápidas. En cuanto puede ataca con mucha gente. Flojea por la zona de atrás, donde Albiol y Koulibaly fueron ganados en todos los saltos por los atacantes blancos.

El Madrid jugó con su equipo de gala salvo Bale, sustituido por James, acaso la única sorpresa porque la posición solía ser para un mucho más entonado Lucas Vázquez. Al final, lo de siempre. Los canteranos lo tienen mucho más crudo para hacerse con el puesto en las citas verdaderam­ente grandes. Con James el Madrid buscaba más poder en el centro del campo. Lo logró a costa de perder algo de profundida­d por una banda derecha que fue propiedad de Carvajal. El Madrid salió tan enchufado que pudo marcar a los treinta segundos en un remate de Benzema al cuerpo de Pepe Reina. La salida de los blancos parecía incontenib­le y, sin embargo, el Nápoles marcó el primero. El gol dejó helado al Bernabeu. A los ocho minutos Insigne vio mal colocado a Keylor y le lanzó desde muy lejos un remate ajustado al palo que superó al costarrice­nse.

Aturdido por el mazazo, al Madrid le costó un rato reponerse. Fueron momentos en los que el Nápoles trianguló bien y se adueñó del juego. No le duró mucho porque el Madrid acertó a empatar en un centro templado de Carvajal que Benzema cabeceó muy bien ganando en el salto a Albiol.

El 1-1 dibujó otra vez un escenario muy favorable para el Madrid hasta el descanso. Cristiano no estuvo fino en su ocasión y la más clara llegó otra vez por medio de Benzema, que en la última jugada y a pase de Cristiano remató al poste con todo a favor.

SIN SILBIDOS El madridismo volvió a ser una piña y aplaudió a todos sus jugadores, incluido un Benzema que jugó bien

EL ERROR El Nápoles se puso en ventaja al aprovechar un error garrafal de un Keylor Navas mal colocado

SIN GOL DE CRISTIANO La estrella del Madrid estuvo mejor en el pase que en el remate y se quedó sin marcar un gol

La segunda parte comenzó con un jugadón de Cristiano y un remate inapelable de Kroos. El Madrid se ponía en ventaja y ya sujetaría el partido con mano más firme. En ventaja, el Madrid dio un paso atrás y sacó su versión más contragolp­eadora, esa que muchas veces desespera al Bernabeu pero en la que se mueve como pez en el agua.

El Nápoles tomó el balón e intentó el asedio, pero ya el Madrid tenía el partido que quería y enseguida vino el 3-1 en una gran volea de Casemiro, en su primer gol en esta Champions.

Desesperad­o, al equipo de Sarri se le empezó a poner cara de eliminado. El Madrid defendía bien y sacaba contras no con demasiada frecuencia pero sí muy peligrosas. El cuarto gol se veía venir, pero se quedó sin aparecer, lastrados los locales por esa versión de Cristiano más voluntario­sa que acertada, equivocado Marcelo en el remate más claro.

Los cambios esta vez llegaron a tiempo. Pepe reapareció al sustituir a un tocado Sergio Ramos y ya muy en el tramo final James dio paso a Lucas Vázquez y Benzema a Morata, que apenas intervino en el juego. Benzema esta vez no oyó música de viento. Todo el Bernabeu empujó en la misma dirección y la noche que empezó con visos de drama acabó feliz para el madridismo. Pero quedan 90 minutos en San Paolo.

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DANI DUCH Espectacul­ar salto de Benzema, autor del primer gol blanco, ante el meta Reina

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