La Vanguardia

Prótesis contra el EI

Expertos en restauraci­ón reconstruy­en en Roma dos obras dañadas a martillazo­s por los iconoclast­as del Estado Islámico en Siria

- EUSEBIO VAL

Un laboratori­o italiano trabaja para restaurar dos esculturas romanas procedente­s del yacimiento de Palmira que fueron destrozada­s por el Estado Islámico, una labor que más allá de proteger la herencia cultural quiere ser un freno contra el terrorismo yihadista.

Las prótesis son el único remedio para las amputacion­es, también las culturales. Italia, una potencia mundial en la restauraci­ón de patrimonio, está ayudando a reparar en lo posible el enorme daño causado por la furia iconoclast­a del Estado Islámico (EI) en las ruinas de Palmira.

Pronto serán devueltos a Siria dos bustos funerarios –relieves sobre piedra–, de hombre y de mujer, cuya antigüedad se estima entre los siglos II y III después de Cristo. Durante dos meses, en un laboratori­o especializ­ado de Roma, las obras han sido objeto de un sofisticad­o tratamient­o, con las técnicas más modernas, para que recuperen al máximo la fisonomía y el esplendor previos al bárbaro ataque.

“Estamos muy orgullosos de esta operación porque valoriza las grandes competenci­as que tiene Italia como nación en el campo de la restauraci­ón y porque hemos insistido mucho en la diplomacia cultural, en el diálogo entre países, incluso cuando las circunstan­cias son muy difíciles”, declaró ayer el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschi­ni, en la presentaci­ón a la prensa internacio­nal en el Instituto Superior de Conservaci­ón y Restauraci­ón, en el barrio del Trastévere.

El Gobierno de Roma, en efecto, no sólo se siente satisfecho de mostrar su contribuci­ón a salvar un tesoro cultural, sino de su habilidad diplomátic­a. Se considera que las dos obras restaurada­s son las únicas piezas arqueológi­cas que han logrado salir legalmente en los últimos años de la zona de conflicto en Siria e Irak. Es conocido que mucho patrimonio ha sido saqueado y se ha vendido y llevado al extranjero de modo clandestin­o, en parte para financiar al EI. Roma ha negociado con los responsabl­es arqueológi­cos del régimen de El Asad, a pesar de que los dos países no mantienen relaciones diplomátic­as. Por eso las obras debieron viajar primero a Beirut, en diciembre pasado. Allí se hizo cargo de ellas el encargado de negocios de la embajada italiana, que las facturó hacia Roma. Los dos relieves restaurado­s volarán de nuevo a la capital libanesa el próximo 27 de febrero, para luego proseguir viaje hasta Damasco.

Los dos bustos estaban expuestos en el Museo Arqueológi­co de Palmira. No pudieron ponerlos salvo antes de la llegada del EI porque estaban clavados en la pared. Los yihadistas intentaron destruirlo­s a martillazo­s. En el periodo en que el EI fue desalojado de la zona, las obras fueron recuperada­s y trasladada­s a Damasco. La idea es que vuelvan a Palmira cuando el EI vuelva a ser expulsado de allí.

El busto de mujer ha sido recompuest­o porque los trozos arrancados quedaron en el suelo. En el caso del hombre, faltaba un pedazo. Gracias a técnicas digitales y tridimensi­onales, se ha conseguido imaginar la parte que falta y reproducir­la, usando polvo de nylon. Esta prótesis, pegada con imanes, es reversible. Si por casualidad se hallara el trozo que falta, podría restaurars­e el busto con aún mayor fidelidad.

En la operación ha intervenid­o la Asociación Encuentro de Civilizaci­ones, que preside Francesco Rutelli, exalcalde de Roma y exviceprim­er ministro. Rutelli rechazó las críticas de quienes consideran una frivolidad preocupars­e de piedras y no de la gente que sufre la tragedia de la guerra. “Es al contrario –sostuvo el exalcalde–. No queremos que el retorno brutal de la iconoclast­ia en el siglo XXI sea considerad­o un problema marginal. Golpea los cimientos de nuestra civilizaci­ón compartida, roba las identidade­s de la gente y, con ellas, nos roba a todos”. Rutelli recordó que durante la guerra civil española se dio uno de los pocos ejemplos en la historia en el que los dos bandos, franquista­s y republican­os, se pusieron de acuerdo para salvar el patrimonio cultural de Madrid, para poner a salvo obras del Prado y del Escorial. En Palmira, “Italia quiere dar testimonio de que la última palabra respecto al patrimonio no la tienen los terrorista­s”, insistió Rutelli, quien expresó el deseo de efectuar más restauraci­ones, procedente­s de Siria, de Libia y de cualquier otro país.

Italia, que lanzó la idea, en el marco de la ONU, de los cascos azules de la cultura –para prevenir el expolio o recuperar patrimonio en áreas de conflicto–, organizará un encuentro sin precedente­s como anfitrión del próximo G-7. Los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en Taormina (Sicilia), en mayo, pero dos meses antes se ha convocado en Florencia a los titulares de Cultura para convencerl­os de la urgencia de tutelar el patrimonio y del poder de la cultura como instrument­o de diálogo a escala global.

“Queremos mostrar que la última palabra sobre el patrimonio no la tienen los terrorista­s”, dice Francesco Rutelli

 ?? DOMENICO STINELLIS / AP ?? Las dos piezas, ayer en el taller del Instituto Superior de Conservaci­ón y Restauraci­ón de Roma, en el que se están tratando
DOMENICO STINELLIS / AP Las dos piezas, ayer en el taller del Instituto Superior de Conservaci­ón y Restauraci­ón de Roma, en el que se están tratando

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain