Piloto de tramontana
El progreso de ‘Mack’ con la M1 contrasta con las dificultades de Lorenzo con la Ducati
A falta de poco más de un mes para el inicio del Mundial de MotoGP, el 26 de marzo en Qatar, Maverick Viñales ha emprendido el vuelo: en su tercer curso en la clase reina, el de Roses está siendo la sensación de la pretemporada por sus buenos tiempos y por la facilidad con que se ha adaptado a la Yamaha M1.
Consumidos dos tercios de la pretemporada de MotoGP, las cartas empiezan a quedar marcadas para el inicio del Mundial, el 26 de marzo en Qatar. Seis sesiones, en Malasia y Australia, y el mismo patrón: Maverick Viñales ha emprendido el vuelo. Asusta el niño de Roses. Nada es concluyente, pero sí suficientemente indicativo de que el 25 será un serio aspirante al título. Como aseguraba a La Vanguardia en septiembre, no ha ido a Yamaha a “ser el chico de los recados de Rossi”.
Viñales, 22 añitos, tercer curso en la clase reina, está siendo la sensación de la pretemporada. Y no sólo por copar la primera posición de las tablas de tiempos en tres de los seis ensayos (y 2.º en otros dos). También por la facilidad con que se ha adaptado a la Yamaha M1, una moto dócil y de conducción dulce que se ajusta como un guante a su pilotaje técnico. Ya dio muestras del acople en los tests de Cheste (también fue el más veloz), pero en Sepang y en Phillip Island, ya en serio, ha evidenciado consistencia, ha tenido un ritmo elevado en las tandas largas, en los simulacros de carrera, y se ha erigido en uno de los más fuertes. Al contrario que su compañero Rossi, 12.º (a 0,9s) con la misma moto.
Incluso Viñales ha podido mantener algún pequeño duelo con Marc Márquez, el que más se le ha acercado, 2.º en los tres días de Australia (a 0,3s). “Marc y yo estamos un paso por delante de los demás y será divertido”, vaticina Viñales. Mientras marcaba un fuerte ritmo en una de esas tandas largas se pegó Márquez a su rueda. De repente le mostraron a Viñales la pizarra con un dibujo de un perro siguiendo a la presa. Mack cortó gas. Por astucia. “Cuando ves a pilotos rápidos como Marc o Valentino no puedes seguir apretando porque te pueden estudiar. Con Márquez detrás he tenido que abortar la tanda”, explicaba.
En contraste con Viñales, Jorge Lorenzo sigue sufriendo en su aclimatación
TONI LÓPEZ JORDÀ
a la Ducati. Progresa –de 1,3 a 0,8s de Viñales–, pero no tanto como sus rivales. “Si la Honda y la Yamaha no hubieran dado un paso adelante tan claro, diría que estaría en condiciones de luchar por la victoria en Qatar seguro”. Pero ni por asomo. Su problema es de confianza, de estilos divergentes de la máquina y el piloto. Con la Ducati, una moto rapidísima pero menos ágil que la M1, Lorenzo no puede exprimir su mejor arma: el paso por curva, sobre todo en las rápidas. “No tengo la confianza para entrar rápido en las curvas y después abrir el gas. Hay algo que aún no entiendo y que falta en la moto; falta mucho trabajo por hacer”, admite el mallorquín, 8.º en Australia.
Quien va cogiendo el ritmo y la confianza es el campeón. Márquez, 3.º en Sepang (a 0,1 de Viñales) y 2.º en Australia (a 0,3s), ha mejorado la electrónica de su Honda, lo que sumado a la menor incidencia de la aceleración en Phillip Island le ha dado un buen impulso. “Pero este circuito es especial y en Qatar veremos dónde estamos realmente”, advierte el de Cervera, que ayer cumplía 24 años y fue obsequiado con una lupa por su equipo. “Como les insisto mucho en que miren bien los datos para encontrar lo que nos faltaba, me han dicho que lo busque yo mismo con la lupa”, bromeaba.
La pretemporada finaliza con el test de Qatar, del 10 al 12 de marzo.
EL DUELO PROMETIDO “Marc y yo estamos un paso por delante de los demás y será divertido”, vaticina Viñales