Las camisetas se han convertido en un instrumento de crítica contra Trump
Actores, cantantes y diseñadores han hecho de la camiseta de protesta un icono, ¿irán más allá?
¿Qué va a ser del activismo ciudadano contra Donald Trump? ¿Qué futuro tienen las protestas en la calle contra sus polémicas medidas, ahora que hasta los diseñadores de moda aprovechan la pasarela para alzar la voz? Y, sobre todo, ¿alguien piensa hacer algo más, aparte de pronunciar un discurso encendido en unos premios o ponerse una camiseta de protesta?
Nada bueno puede derivarse de la frivolización de la crítica al poder. La semana de la moda de Nueva York, recién concluidos sus desfiles, ha dado una lección del riesgo que se corre de convertir la protesta en una tendencia más. O en un reclamo para vender una colección.
Sobre la pasarela neoyorquina, las modelos de Jeremy Scott, el diseñador de Kansas, desfilaron con camisetas en defensa de la libertad de expresión y la libertad de crítica al poder. “Intento ser el portavoz de la gente que me presta atención”, aseguró Scott, justificando la utilización de la pasarela como una plataforma de protesta legítima.
Y aún fue más allá el diseñador nepalí Prabal Gurung, que cerró su desfile con una manifestación de mujeres en favor de la igualdad de derechos y contra la misoginia de Donald Trump. Sus modelos desfilaron con camisetas en las que se leía mensajes como “el futuro es femenino”, “soy un inmigrante” o “la revolución no tiene fronteras”, mientras sonaba de fondo –¿acaso podía sonar otra música?– Imagine, el himno setentero de John Lennon. Pero a Prabal Gurung, que fue uno de los talentos emergentes por los que apostó Michelle Obama cuando era la primera dama, hay que reconocerle que incluyó entre sus modelos a mujeres de etnias y tallas diversas, y eso sí que es pasar de las palabras a los hechos.
Otro colectivo que ha abanderado la oposición a Trump es el star
system de Hollywood, tradicionalmente afín a los demócratas, que se reveló en la campaña electoral como un firme apoyo de Hillary Clinton y combatió las barbaridades xenófobas, machistas y violentas del entonces candidato republicano. Muchos de ellos, como el actor Robert De Niro o la actriz Meryl Streep, siguen en primera línea contra el presidente, pero otros se lo han pensado mejor y no sólo han depuesto las armas sino que abiertamente piden pasar página.
En el ámbito de la música, Madonna fue de las más combativas contra Trump durante la campaña y sigue adelante. En la Marcha de las Mujeres que recorrió Washington y otras ciudades tras la investidura del presidente, la reina del pop se puso una camiseta de protesta y el gorrito pussy cat, y como ella también participaron Cher, Katy Perry, Ariana Grande o Rihanna.
Y si el pop se rebela, el punk no va a quedarse atrás. Daft Punk está promocionando una chaqueta en apoyo a México, tras las polémicas medidas anunciadas por Donald Trump (entre ellas, la construcción de un muro en la frontera). La prenda, de la empresa mexicana Mercadorama, iba a llevar el mensaje “Proudly mexican” (orgullosamente mexicano), pero optaron por el irónico “Mexico is the shit”. “Los mexicanos ya sabemos que México es chingón, lo que queremos es comunicarlo al mundo”, explicó el diseñador, Anuar Layón.
La cuestión es si alguien va a hacer algo más, aparte de criticar las polémicas medidas del nuevo presidente