Barcelona volverá a probar en verano su playa para perros
Barcelona probará de nuevo el próximo verano su playa para perros. Los análisis sobre sus consecuencias en el estado de las aguas y de los sedimentos no arrojan ningún dato alarmante. Las encuestas municipales aseguran que los dueños de las mascotas, y presumiblemente también sus mascotas, estuvieron muy a gusto. A grandes rasgos parece que la experiencia fue satisfactoria. Pero algunos vecinos de los alrededores sufrieron algún percance de carácter escatológico. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau entiende que la prueba piloto del año pasado en el arenal de Llevant no arrojó conclusiones. De modo que, tal y como anunció ayer el comisionado de Ecología, Frederic Ximeno, será al término de la temporada de baños siguiente cuando el Consistorio tome una decisión definitiva sobre el futuro de este equipamiento.
“Pensamos que lo más apropiado es repetir la experiencia introduciendo diversas mejoras, afinándola –detalló el comisionado de Ecología–. A partir de ellas podremos luego concluir si ampliamos este espacio, si lo reducimos, si lo hacemos itinerante...”. Entre las novedades de cara al próximo verano, Ximeno destacó la ampliación del periodo de apertura del espacio para que coincida con la temporada alta de baños, desde el uno de junio hasta el 25 de septiembre. El comisionado de Ecología también subrayó que este verano se incrementará la limpieza de los accesos que utilizan los usuarios para acceder al área de perros. Además, los informadores adscritos a este espacio velarán para que sus usuarios sigan el trazado establecido hasta la entrada del espacio y la Guardia Urbana estará especialmente atenta a que se respete la convivencia.
Hace pocas semanas, el Ayuntamiento de Sant Pol de Mar anunció que no volverá a habilitar una playa para mascotas en su municipio. Cuatro informes de la dirección general de Polítiques Ambientals i Medi Rural de la Generalitat fueron demoledores. Al parecer la convivencia entre los canes y los cormoranes moñudos resultó muy complicada en la playa de Les Banyeretes. En las postrimerías de Barcelona, en la última playa de la ciudad, en cambio, no hay cormoranes moñudos. Aquí el principal inconveniente registrado, el punto negro que puede hacer peligrar el futuro de la playa de perros de Llevant, es la proliferación de excrementos en los alrededores. Fueron numerosos los vecinos del entorno que se quejaron agriamente de que la apertura de este equipamiento multiplicó la presencia de cacas en las calles de los alrededores, que luego la gente las pisaba y tenía que... Además, otros bañistas lamentaron que algunos perros corretearon más allá de su zona.
Y cualquiera que se acercara a charlar con los dueños de las mascotas pudo comprobar que esta gente aprecia de verdad disponer de este servicio, que estas experiencias no son tan extraña en el resto del mundo, que la pena era que fuera una franja tan pequeña, sobre todo en Barcelona, una urbe que tanto presumió de prohibir la venta de animales en la calle, de acabar con las corridas de toros, de no dejar que
El Ayuntamiento aún no ha decidido si ampliará la iniciativa, la reduce o la convierte en una experiencia itinerante
los circos exhibieran fieras salvajes... “¿Y luego dejamos en verano que se mueran de calor?”. Hablamos de un espacio separado físicamente del resto de la playa de Llevant, de 1.250 m2 y con un aforo limitado a 100 perros. El verano pasado pasaron por allí 13.241.