ESCALADEI Un corazón en obras
La millonaria inversión en el monasterio –futura sede de la DOQ Priorat– se dirige ahora al claustro y al cementerio
Ha cambiado más durante los últimos diez años que en el siglo y medio anterior. La cartuja de Escaladei resucitó de sus ruinas en el 2013, cuando empezó a materializarse el plan director que ha devuelto un nuevo espíritu a la que en el siglo XII fue la primera cartuja de la península Ibérica. La restauración del monasterio, ubicado en los pies del mágico e imponente Montsant, se ha hecho con un doble objetivo: que el visitante pueda entender cómo vivían los monjes y devolver la vida al monumento abriéndolo al territorio y convirtiéndolo en la puerta de entrada del Priorat.
El proceso de recuperación arrancó con un nada convencional plan director, en el que participaron arquitectos, arqueólogos, historiadores y restauradores. El Departament de Cultura de la Generalitat apostó por una intervención integral, que protegiera los restos originales que todavía se conservaban y que adecuara el conjunto para ofrecer sensaciones y experiencias. Menos folletos y recorrido turístico al uso y más dinamización del monumento a través de actividades vinculadas al territorio. Se quería posicionar el monumento como un equipamiento estratégico para la comarca y que encajara perfectamente con el engranaje de la candidatura del paisaje cultural del Priorat a patrimonio de la humanidad.
Aprobado el plan, durante dos años y medio se llevó a cabo la primera gran intervención en el conjunto: se restauró pieza a pieza el pequeño claustro renacentista, que estaba olvidado bajo toneladas de tierra, escombros y maleza. Una joya que sitúa Escaladei como posible foco de intro- ducción del Renacimiento en Catalunya. Se adecuaron los accesos, se habilitó el aparcamiento en la zona que antes eran huertos, se señaló el monumento, se iluminó para que se pudiera abrir por la noche, se convirtió el refectorio en una sala polivalente, donde durante los últimos años se han celebrado numerosas actividades: desde catas y presentaciones de vinos hasta conciertos, recitales o jornadas.
Más recientemente se ha finalizado la restauración de la celda C (los cartujos las nombraban por orden alfabético) con la restitución del huerto y el balcón en los que el monje que ocupaba este espacio trabajaba y rezaba. “El plan director fue el inicio del compromiso con la comarca. Hemos contado con la complicidad de muchos actores del territorio para llevar a cabo esta intervención tranquila y delicada y que debe continuar, para que los visitantes puedan comprender perfecta- mente cómo se vivía en el monasterio”, dijo ayer el conseller de Cultura, Santi Vila.
La intervención continuará este año con la recuperación del claustro mayor. “Tanto desde el punto de vista arquitectónico como simbólico, este espacio es el elemento vertebrador de la zona de vida eremítica y daba acceso a las celdas”, destacó ayer Marina Miquel, responsable del área de monumentos y yacimientos de la Agència Catalana del Patrimoni Cultural. Esta intervención, que está previsto que comience en junio y esté acabada antes de final de año, también servirá para poner en valor el cementerio monástico y permitirá a los visitantes pasear por el jardín del claustro, que se distribuirá en cuatro zonas en las que también habrá árboles.
A esta actuación se sumará la restauración de la fachada del Sagrario (prevista para abril) y también del nuevo espacio de acogida. El objetivo es que los visitantes puedan conocer en este lugar no sólo la historia del monumento sino también los valores del Priorat para iniciar aquí una visita que continuará más allá de este municipio. Además, se reservará un espacio a la Denominació d’Origen Qualificada (DOQ) Priorat para mostrar la complejidad y la variedad de las bodegas y los productores de vino de la comarca, varios de ellos considerados entre los mejores del mundo.
Cuando los monjes cartujanos se asentaron en este lugar, en el siglo XII, construyeron el monasterio y elaboraron vino. Durante más de 600 años, esta cartuja fue el símbolo histórico, cultural, espiritual y humano de la comarca del Priorat, su territorio jurisdiccional. Los monjes acumularon durante siglos poder y riqueza hasta que, en 1835, llegó la desamortización. Entonces tuvieron que abandonar precipitadamente el monasterio, que al día siguiente fue saqueado y días después, quemado. En dos años, el complejo quedó totalmente destruido y en 1843 lo poco que quedó se vendió en subasta pública.
El plan director ha marcado el antes y el después en su recuperación. Se ha puesto en valor los binomios patrimonio y naturaleza, silencio y espiritualidad. El plan del conjunto de Escaladei (escala que sube al cielo) ha supuesto hasta ahora una inversión de más de 4,22 millones de euros, de los cuales la Obra Social La Caixa ha aportado más de medio millón. Y con el objetivo de posicionar el monumento como elemento patrimonial identitario de toda la comarca, la Generalitat ha contado con la colaboración del parque natural del Montsant, el Ayuntamiento de la Morera de Montsant y la DOQ Priorat.
El próximo paso, una vez restaurado el gran claustro y la nueva zona de recepción de visitantes, es abordar la iglesia. Esta ambiciosa actuación supone una inversión de casi 2,3 millones de euros. El proyecto prevé recuperar y poner en valor los elementos patrimoniales que se conservan para que se puedan visitar y adaptar los espacios para distintos usos culturales.
Por ahora, otras pequeñas grandes actuaciones han permitido, por ejemplo, restaurar las canalizaciones originales y que todo el conjunto, sus jardines y sus fuentes vuelvan a tener agua. Se han vuelto a plantar encinas y plantas autóctonas, como las tenían los monjes.
Las reconstrucciones pieza a pieza –previas al desembrozo de numerosos espacios– permitieron, por ejemplo, reconstruir la fuente del centro del claustro, a partir de los 102 fragmentos encontrados.
MONUMENTO VIVO El objetivo, además de mostrar cómo vivían los monjes, es que se utilice el espacio
PUERTA DE ENTRADA En el edificio de acogida habrá una exposición sobre la historia y los valores del Priorat