La estrategia de la serenidad
El Barça pretende evitar que la derrota de París se convierta en una crisis estructural
El 18 de marzo del 2011, en su tercera temporada en el Barça B, Luis Enrique comunicó que a final de curso se despediría del banquillo del filial. Después de tres campañas en el primer equipo, la continuidad o no del técnico es un apartado relevante en la hoja de ruta del club. El Barcelona no había movido ficha en este sentido, esperando una decisión del asturiano, pero el funesto 4-0 de París que preludia el Barxit, la salida de Europa, ha motivado un cambio de estrategia. El relevo en el banquillo es una contingencia prevista, incluso presumida, por una junta directiva que busca contener las consecuencias de la última derrota.
El ridículo de París ha dejado en estado de estupefacción a la dirigencia blaugrana, según demuestra el hecho de que cuatro días después todavía no se ha producido una valoración institucional. Josep Maria Bartomeu efectuará excepcionalmente una intervención pública antes del partido de mañana contra el Leganés con dos líneas argumentales. Una asumiendo la realidad: el equipo tiene que centrarse en la competición de Liga. La otra, creando ilusión: la remontada en la Champions no es imposible. En realidad la junta sólo espera que el equipo prescinda de la situación del cuerpo técnico y exhiba competitividad hasta el final. Su mayor antídoto contra el ambiente de crisis es acelerar la renovación de Messi. El crack no ha puesto ninguna objeción, pero no quiere firmar con los ojos cerrados sin conocer la estructura de la próxima temporada. Y eso todavía no lo conoce nadie, es una vía abierta para la especulación. Ayer, Jorge Sampaoli no quiso cerrarse la puerta del Camp Nou. “Lo del día de mañana nunca se sabe”, dijo el técnico argentino del Sevilla, y añadió: “El banquillo del Barcelona quedará vacante cuando Luis Enrique decida. Estoy tranquilo porque de mí no nace, no tengo nada que ver con lo que se dice”.
La huella del día de San Valentín también está en el vestuario. El nivel de confianza en Luis Enrique no es el mismo, pero la directiva acogió positivamente el discurso de Luis Suárez durante un acto solidario: “Creo que este club ha hecho historia por haber ganado el triplete y muchas cosas en los últimos años, pero si nosotros queremos hacer historia como equipo nos tenemos que marcar el objetivo de darle la vuelta a una eliminatoria como la del PSG, y este es un lindo desafío que queremos afrontar”.
Josep Guardiola se mostró sorprendido por la debacle de París, pero también se alineó con el optimismo: “Si hay un equipo que
LA MOTIVACIÓN DE LUIS SUÁREZ “Si queremos hacer historia nos tenemos que marcar el objetivo de darle la vuelta a la eliminatoria”
LA HOJA DE RUTA El club apelará a la Liga, trabaja en el próximo curso y no duda de la renovación de Messi
puede remontar, con su mentalidad, es el Barça”. “Por lo que conozco a los jugadores y a Luis, el mejor consejo que puedo dar es que no se les critique mucho, porque volverán a demostrar que están equivocados”, previno el entrenador del Manchester City.
Los órganos vitales del barcelonismo (afición, directiva, cuerpo técnico y jugadores) están en compás de espera. La visita del Leganés mañana al Camp Nou no parece un calibre apropiado para medir el pulso de la actualidad, salvo catástrofe sorprendente, con lo que la hoja de ruta individual y conjunta (discurso moderadamente optimista, esperanza en la Liga, trabajo de despacho para la próxima temporada) podrá seguir adelante. Sin embargo, el material anímico blaugrana está en el límite de su resistencia. Cruje por varios puntos y amenaza ruptura. La visita al Atlético de Madrid (domingo 26) definirá el estado de la estructura.