Si quieres te lo explico
Cualquier texto literario puede ser curativo. Cualquiera. Aunque sea por contraste. Recuerdo que superé un mal momento leyendo los aforismos de Voltaire que Fernando Savater tradujo en Sarcasmos y agudezas. Seguro que todo lector tiene sus candidatos a libro curativo y tal vez algunos de los títulos nos sorprenderían. Otra cosa es la escritura que nace con la voluntad de curar o directamente relacionada con una enfermedad. Es el caso de un libro singular que lleva por título Si vols t’ho explico. Desde el 4 de febrero, día mundial contra el cáncer, y hasta el 20 de marzo, la plataforma Tot Suma ha abierto una campaña de micromecenazgo para conseguir publicarlo. El texto es un poema escrito por la maestra y cuentacuentos tarraconense Montserrat Cebrián Sabat, cuando su madre se recuperaba de un cáncer. Las ilustraciones, impactantes desde la portada, son de la muralista (con u) Yvonne Fuster Forcadell, de Alcanar, y el editor es Kiko Méndez. La campaña de micromecenazgo de este álbum ilustrado ofrece el libro por duplicado: un ejemplar para quien haga la aportación y otro gratis a un centro hospitalario con pacientes oncológicos. El título lo dice todo, porque contiene dos verbos que conviene saber combinar con sabiduría al hablar de cáncer: querer y explicar. La condición inicial (si quieres) es clave, porque pasamos de la opacidad absoluta de la época que el cáncer era “un mal feo” a la exhibición constante que muchos afectados hacen de todos los detalles de su diagnóstico en Facebook. De la falta de información a la sobreabundancia.
Pero el verbo clave del título es explicar. Explicar las enfermedades graves como el cáncer en primera persona es un arte muy complejo y requiere una inteligencia global considerable. Un maestro en el arte de explicar el cáncer contra el que lucha es mi querido Carles Capdevila. Más allá de su testimonio de persona socialmente relevante, Capdevila transita por el pedregal con la mochila del humor. El humor sutil de alguien que no chilla, inclusivo y, a pesar de ello, incisivo como quien no quiere la cosa. Él, maestro del guión, pisó muchos escenarios para explicar cuestiones relacionadas con la educación, los hijos o, últimamente, las enfermeras, que le acaban de conceder el premio de la Fundació Infermeria i Societat. Capdevila siempre consigue el efecto especial de transformar una hoja escrita o un escenario en la butaca de al lado, y a los receptores en cómplices. Ha sido capaz de verbalizar las complicaciones de su cáncer y también de esquivar el victimismo dirigiendo la atención hacia la figura de la enfermera. Ahora no escribe artículos, pero acaba de salir su Parir con
humor (La Campana), una revisión del primer libro que hizo sobre la paternidad, el hilarante Criatura i companyia. Leerlo es abrazarlo.
Explicar las enfermedades graves como el cáncer en primera persona es un arte complejo que requiere mucha inteligencia global