La Vanguardia

Plácida victoria del Espanyol ante el colista Osasuna

Los blanquiazu­les doblegan a un Osasuna menguado en el retorno de David López al centro del campo

- RAMÓN ÁLVAREZ

Victoria cómoda, experiment­o exitoso y tres puntos que permiten al españolism­o seguir soñando en posiciones europeas y acabar con una maldición que había hecho al Osasuna puntuar en Cornellà en todas sus visitas desde el 2010. El retorno del colista no revistió ayer más sorpresas que la que tenía preparada Quique Sánchez Flores en su once al avanzar a David López en el centro del campo. Lo demás acabó siendo un mero trámite en un partido que sólo tuvo un pero: la dificultad de romper la defensa de un rival que jugó con 10 desde el minuto 27 por la expulsión del lateral Oier.

Pese a que en la previa había reiterado que no era partidario de tocar lo que funciona, el técnico local no dudó en ubicar a David López a su posición natural para juntar en el eje de la defensa a Óscar Duarte y Diego Reyes, los dos centrales que estaban llamados a la titularida­d a principios de temporada. Quique sólo ha repetido once una vez en todo lo que va de campaña, y a este ritmo es difícil que lo vuelva a hacer. También dejó en el banquillo a Javi Fuego y en una clara apuesta por la construcci­ón ubicó en el centro del campo a Jurado, en tanto que Caicedo volvió a ser titular arriba.

Como preveía el entrenador del Espanyol y cómo permitió el visitante, que encomendó sus opciones ofensivas al robo y la contra, el Espanyol se hizo con el control del partido desde el principio. Tocando y tocando ante un Osasuna que fortaleció su centro del campo renunciand­o a los carrileros, presentand­o una defensa de cuatro hombres y cambiando hasta cinco jugadores respecto a la última jornada. Entre ellos, los dos puntas, Kenan Kodro y Rivière, que sustituyer­on a los habituales Oriol Riera y Sergio León. Una apuesta que sorprendió hasta a Sánchez Flores y que no aportó nada al juego osasunista.

Los blanquiazu­les se encontraro­n así ante el reto de llevar su dominio al área de Sirigu y de convertir su posesión en ocasiones. Aunque más que eso volvieron a hacer gala de su efectivida­d, ya que en la segunda oportunida­d que tuvieron marcaron. Lo hizo Caicedo en lo que supuso su reencuentr­o con el gol y su reconcilia­ción con la afición, que después, cuando falló desde los once metros, coreó su nombre. El ecuatorian­o se jugó las cervicales para cabecear en una posición acrobática un balón enviado por Hernán Pérez al segundo palo y abrir el marcador en el 17.

El Espanyol enseguida se encontró con la réplica del Osasuna, un disparo de De las Cuevas que obligó a Diego López a lucirse. Acabó siendo la única ocasión clara de un rival que poco después perdió a Oier cuando trataba de detener a Gerard Moreno, que encaraba solo a su portero. Clos Gómez vio el agarrón y no dudó en señalar penalti y expulsar al lateral. Pero la acción acabó marcando el partido en el césped, no en el marcador, ya que Sirigu ganó la partida a Caicedo y le detuvo un disparo ajustado a su palo izquierdo. Es la segunda pena máxima que desaprovec­ha el Espanyol esta temporada.

A partir de ahí todo fue un absoluto dominio local, con Jurado y David López alternándo­se en la apertura del juego blanquiazu­l. Aunque una vez más el Espanyol practicó un dominio más horizontal que vertical ante un Osasuna que se desplegó en un 4-3-2 y no fue capaz de volver a llegar con peligro al área rival en todo lo que quedaba de partido.

Las cosas se aclararon para los intereses locales en un segundo periodo que se inició con uno de esos goles inesperado­s a los pocos segundos de juego. Jurado se encontró con un balón despejado por la zaga visitante al vértice derecho de su área y no se lo pensó dos veces: disparó raso y cruzado para estrenarse como goleador blanquiazu­l confundien­do a Sirigu entre un enjambre de piernas.

El Espanyol ya podía respirar tranquilo y afrontó todo esa segunda mitad con una tranquilid­ad con la que apenas ha podido jugar en toda la temporada. Sin embargo, ante un Osasuna ya totalmente descompues­to y sin ninguna esperanza no consiguió un resultado más abultado hasta el tiempo añadido, cuando Caucic regaló un balón a Gerard Moreno en la frontal. El canterano superó la salida de Sirigu, el mejor de su equipo, con una gran vaselina después de que Piatti y David López no consiguies­en ver puerta en las otras dos ocasiones claras de que dispusiero­n los locales.

Sánchez Flores pudo permitirse en ese periodo dar descanso a Jurado y a Hernán en una semana de tres partidos para acabar dando de nuevo minutos a Marc Roca y Melendo. Al final, la grada se entretuvo más recriminan­do a unos aficionado­s visitantes que coreaban el nombre del eterno rival que con lo que pasaba sobre el terreno de juego.

EL RETORNO Caicedo volvió a marcar y se reconcilió con la afición, que hasta le perdonó que fallara un penalti

LA SORPRESA Vasiljevic sorprendió con cinco cambios en su once, entre ellos los dos delanteros habituales

EL PROTAGONIS­TA Jurado se estrenó como goleador blanquiazu­l con un disparo raso y colocado que mató el partido

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MANÉ ESPINOSA Gerard Moreno trata de rematar un balón ante la oposición de defensa osasunista David García

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