La Vanguardia

La lucha continúa

El agravio entre los grandes no consigue alejar al Madrid ni desanimar al Barça

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona

Pese a los favores arbitrales que recibe su eterno rival, el Barcelona no ha lanzado la toalla en la persecució­n del líder: el equipo no piensa resignarse, porque la diferencia en la clasificac­ión es sólo de un punto más el partido que al Madrid le queda aplazado.

“Olvidaros. Esta Liga no la ganaremos. No creo que los podamos atrapar”. La frase la pronunció Pep Guardiola tal día como el domingo pero de hace cinco años, en el 2012. Lo hizo precisamen­te en el Vicente Calderón, el mismo estadio donde en el 2017 el Barcelona parecía que podía dar el sorpasso en la Liga y ponerse líder. Entonces, como ahora, el Barça no se rendía y ganaba 1-2 al Atlético con un gol al final de Messi. Pero entonces, como ahora, los blaugrana no podían recortar nada al Madrid, que mantenía su ventaja en la clasificac­ión después de un partido con polémica arbitral. Hace cinco años fue en Vallecas y el colegiado perdonó un penalti y una expulsión a los blancos (0-1). Esta vez el escenario fue Vila-real, donde un penalti dudoso por unas manos involuntar­ias y tras un rebote allanaban el camino de los madridista­s para acabar remontando (2-3).

En el 2012 Guardiola tuvo razón. El Madrid, con Mourinho, acabó ganando el título después de tres campeonato­s seguidos del Barça. De hecho, esa es la única Liga del Madrid en los últimos ocho años.

La versión oficial en el Camp Nou sigue siendo pedir ayuda tecnológic­a para el colectivo, consciente de que el fútbol tiene los instrument­os para convertirs­e en un deporte más justo. Pero nadie en el Barcelona ha lanzado la toalla en la persecució­n. No piensan resignarse porque, aunque los detalles, la suerte y las polémicas siempre acaban decantándo­se para los intereses de Concha Espina, la diferencia de puntos en la tabla es sólo de un punto más el partido que al Madrid le queda aplazado. Esa resistenci­a contra los elementos por una parte, erosiona la moral de la tropa de Luis Enrique pero, por otra, la injusticia también les carga de razones y de ganas para superar la adversidad e intentar levantar la tercera Liga seguida.

Segurament­e no hay mayor esperpento que el gol del Barça que no subió al marcador en el Benito Villamarín. El error de Hernández Hernández fue flagrante. El bético Mandi despejó el balón cuando había rebasado medio metro la línea de gol. En ese momento, el Barcelona, que jugó un muy mal partido iba

perdiendo 1-0. Pero si el árbitro hubiese contado con el ojo del halcón como en Inglaterra, Francia, Alemania y Holanda, los de Luis Enrique hubieran tenido un cuarto de hora para poder ganar el partido y los tres puntos –sumaron uno–.

Para más inri, como plasmó Gerard Piqué en Twitter, el distinto rasero con Barcelona y Madrid se puede observar contra los mismos rivales (Villarreal y Málaga) y en jugadas similares. Frente al Málaga, jugando los dos grandes en casa, a los blancos se les validó un gol de Sergio Ramos en posición ilegal mientras a Piqué se lo anularon por una supuesta posición adelantada de André Gomes que no era tal. El Madrid ganó 2-1 y el Barça no pasó del 0-0.

Los episodios de las manos de Bruno fueron en el rebautizad­o estadio de la Cerámica. El 8 de enero el capitán del Villarreal se arrastró por el suelo para desviar con la mano un chut de Messi y el colegiado hizo la vista gorda. El domingo, al mismo jugador castellone­nse le impactó el balón en el brazo después de un rebote y el árbitro señaló la pena máxima. El resultado: el Madrid ganó y el Barça empató.

Sin embargo, puestos a revisar, ya en la jornada 2 el Madrid se vio fa-

vorecido con un gol de Morata después de un fuera de juego de más de un metro que aprovechó para abrir el marcador en el minuto 60 (2-1) igual que Ramos lo cerró en el 92 (3-2) contra el Deportivo después de una tangana en la que agredió a Sidnei.

Pero no todos las decisiones arbitrales han caído del mismo lado. El Barça pudo dar las gracias de un tanto mal anulado a Juanmi, de la Real Sociedad, en Anoeta en un duelo que el Barça sacó un punto (1-1) haciendo pocos méritos y el Madrid tiene en su lista un penalti de Mascherano a Lucas Vázquez en el primer minuto del clásico del Camp Nou, que acabó 1-1.

Además del agravio en el campo, el Barcelona tuvo que escuchar como Competició­n obvió que los jugadores blaugrana fueron las víctimas del lanzamient­o de objetos en Mestalla cuando los barcelonis­tas celebraban el 2-3 de Messi y les afeó la conducta. “Su comportami­ento les descalific­a y ridiculiza por sí solos”, comentó el Comité.

La jornada 24 estaba marcada como crucial y, sí, pasaron muchas cosas pero sin influencia real en la clasificac­ión, que sigue igual, para pena del Barça, que lucha contra todos los elementos.

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DAVID RAMOS / GETTY / ARCHIVO Bruno Soriano se arrastró por el suelo para desviar con el brazo derecho el disparo de Messi el pasado 8 de enero en Vila-real

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