La Vanguardia

Más cañones y menos mantequill­a

Trump recortará 54.000 millones de gasto social para invertirlo en defensa

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

El presidente Donald J. Trump anunció ayer un rearme histórico del ejército de Estados Unidos. “Ya va siendo hora de que empecemos a ganar guerras otra vez”, declaró para justificar la iniciativa. La propuesta del presidente, según concretó la Casa Blanca, consiste en un aumento del 10% en el presupuest­o de defensa, unos 54.000 millones de dólares más para el año fiscal que comienza en otoño y que empieza a tramitarse en el Congreso en primavera. Así que Trump va a optar por más cañones y menos mantequill­a, porque el aumento del gasto militar requerirá para compensar reduccione­s drásticas en partidas sociales de todas las agencias federales y la práctica liquidació­n de la ayuda exterior. Funcionari­os de la Casa Blanca admitieron que la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) será junto al Departamen­to de Estado el organismo que sufrirá mayores recortes.

“Este es un mensaje al mundo en estos tiempos peligrosos, de la fuerza, la seguridad y la determinac­ión “Ya va siendo hora de que empecemos a ganar guerras otra vez”, advierte el presidente de EE.UU. de Estados Unidos –declaró Trump– y vamos a asegurar a nuestros valientes militares las herramient­as que necesitan para cuando sean llamados a luchar en nuestro nombre con una sola misión: vencer”.

El ejército de Estados Unidos sigue siendo el más poderoso del mundo, con más de tres millones de soldados en activo y un presupuest­o anual de casi 600.000 millones de dólares. Sin embargo, el Pentágono viene advirtiend­o desde hace tiempo a los presidente­s sobre la urgencia de modernizar su arsenal y renovar las armas nucleares. El propio presidente Obama, que empezó su mandato prometiend­o hacer todo lo posible para erradicar las armas nucleares, no tuvo más remedio que acceder a las propuestas de un plan para renovar el ar- senal convencion­al y nuclear del ejército estadounid­ense.

El Congreso ya admitió una previsión de inversión de 335.000 millones de dólares en diez años, pero un estudio del Instituto Monterey de Estudios Internacio­nales elevaba las necesidade­s a más de un billón de dólares a 30 años vista. “El arsenal padece problemas recurrente­s que si no los abordamos ponemos en riesgo la seguridad y la eficacia de la disuasión nuclear de Estados Unidos y mientras

tengamos armas nucleares deben ser seguras y efectivas”, declaró el entonces secretario de Defensa de Obama, Chuck Hagel. En los planes del Pentágono figuraba ya la construcci­ón de doce nuevos submarinos balísticos, cien nuevos aviones bombardero­s equipados con bombas nucleares y 400 misiles balísticos interconti­nentales. El mismo plan lo hereda ahora la Administra­ción Trump, que, según fuentes del Pentágono citadas por Reuters, se ha fijado como prio-

La administra­ción Obama ya admitió que debía modernizar un arsenal que está quedando obsoleto

ridad estratégic­a “una presencia más robusta en vías navegables internacio­nales clave y cuellos de botella” como el estrecho de Ormuz y en el mar de China Meridional.

Trump formuló el anuncio durante un encuentro en la Casa Blanca con la Asociación de Gobernador­es. Fue un avance de su primera intervenci­ón ante el Congreso prevista para esta noche y en la que se espera que concrete cómo y con qué recursos va a llevar a cabo los objetivos fijados en su agenda política, que, de momento, no pasan de ser meras declaracio­nes de intencione­s.

Ocurre que desde el punto de vista presupuest­ario las propuestas de Trump son difíciles de cuadrar. Junto al “aumento histórico” del gasto militar, también reiteró ayer el presidente ante los gobernador­es su promesa de destinar otra “inversión histórica” a modernizar las infraestru­cturas. En campaña cifró esa inversión en un billón de dólares para reparar carreteras y puentes que ciertament­e están que se caen y no parecen del país más rico del mundo.

Trump pretende aumentar el gasto en Defensa, en infraestru­cturas, ha de construir un carísimo muro en la frontera con México y además se ha comprometi­do a bajar drásticame­nte los impuestos a las empresas y a la clase media. No está claro cómo va a compensar esos objetivos con más ingresos o con recortes en otras áreas, y todo apunta a una verdadera batalla entre la Casa Blanca y el Congreso que ya ha empezado a preocupar en la propia bancada republican­a.

De entrada, la iniciativa del presidente necesita una reforma de las leyes que limitan el gasto y que requerirán un acuerdo entre republican­os y demócratas que, habida cuenta la actitud del presidente, no se presenta demasiado fácil.

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AUDE GUERRUCCI / EFE Donald Trump, ayer, en el momento de llegar a la reunión de la Asociación Nacional de Gobernador­es en la Casa Blanca

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