Cine multiétnico
LA noche de los Oscars se preveía este año rica en críticas al presidente Trump. Y será recordada por el error garrafal en la entrega del premio a la mejor película: se anunció para
La La Land, pero sus autores se enteraron, cuando ya estaban sobre el estrado agradeciéndolo ante millones de telespectadores de todo el mundo, que el galardón era, en realidad, para Moonlight. Ahora bien, ni aquellas previsiones ni este error deberían ensombrecer otra particularidad de esta edición de la gran gala del cine: el número récord de premios para profesionales afroamericanos. En total, fueron cinco.
No es esta la primera ocasión en que los Oscars recaen en negros o en negras. Hay que remontarse a 1940 para hallar a la primera, Hattie McDaniel, mejor actriz secundaria entonces por su trabajo en Lo que el viento
se llevó. O a 1964 para dar con Sidney Poitier, que fue el primer negro en ganar el premio al mejor actor, por Los
lirios del valle. Desde entonces, y hasta la madrugada de ayer lunes, un total de 32 personas de color, ya fueran actores, músicos, guionistas productores o técnicos habían logrado la codiciada estatuilla. Entre ellos, Halle Berry y Denzel Washington, que en el 2002 formaron la primera pareja negra que obtenía el reconocimiento a mejor actor y mejor actriz en una misma edición.
Sin embargo, la ausencia de nominaciones de actores afroamericanos en las ediciones del 2015 y 2016 suscitó un movimiento social de protesta y, a continuación, una serie de reformas en el seno de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que rige los destinos de los Oscars y, desde el 2013, está presidida por la ejecutiva cinematográfica de color Cheryl Boone. En una iniciativa para fomentar la diversidad en la Academia, esta amplió generosamente el número de miembros con derecho a voto. Lo hizo primando la diversidad geográfica –fueron invitadas personas de 59 países–, de sexo –un 47% de mujeres– y étnica –un 41% eran personas negras–.
Esta iniciativa para aumentar la diversidad en los Oscars es bienvenida. Y es de desear, huelga decirlo, que el reparto de premios sea siempre y ante todo acorde con la calidad de los trabajos cinematográficos evaluados. Todo indica, además, que el mercado es partidario de sancionar positivamente la tendencia. En Estados Unidos, un filme como Figuras ocultas, que narra la historia de las científicas negras que trabajaron para la NASA, ha recaudado más de 150 millones de dólares, ligeramente por delante de La La Land, triunfadora de esta edición, a la que acudió con catorce nominaciones y se fue con seis galardones.